Una refugiada espera para ser trasladada tras desembarcar del ferri "Nissos Rodos", procedente de la isla de Lesbos, en el puerto del Pireo, cerca de Atenas, en Grecia. EFE/Archivo

Ginebra – La Agencia de la ONU para los Refugiados (ACNUR) pidió hoy a las autoridades griegas que presten más atención ante las «horrendas» condiciones en las que viven unos 11.000 solicitantes de asilo en las islas de Samos y Lesbos.

«Las condiciones en los centros de recepción e identificación en las dos islas son horrendas, y con el invierno que se aproxima y más gente que llega se necesitan medidas de emergencia», dijo el portavoz del organismo, Charlie Yaxley.

La prioridad de cada entidad involucrada con el funcionamiento de esos dos centros de acogida debe ser mejorar las condiciones y reducir el hacinamiento, agregó.

Actualmente, 40.000 personas cumplen con los requisitos para ser transferidas al continente, a donde el Gobierno griego ha trasladado a 6.500 desde el pasado agosto.

Las autoridades nacionales indicaron recientemente que planean crear 6.000 plazas adicionales para solicitantes de asilo, pero con 11.000 llegadas por mar registradas en los últimos tres meses, el ritmo de entradas en Lesbos y Samos supera a las salidas.

«Estamos muy preocupados porque el ritmo de traslados se ha ralentizado», señaló el portavoz.

Según los datos presentados a la prensa, la situación en el Centro Vathy, en la isla de Samos, es precaria ya que está concebido y preparado para recibir a 650 personas y actualmente viven allí unas 4.000, y los solicitantes que llegan ya no pueden ser recibidos.

Muchos de ellos se ven obligados a comprar carpas endebles en tiendas locales y a levantarlas donde pueden, lo que los protege escasamente del frío, además de carecer de electricidad, agua corriente y baños.

La ACNUR señaló que en vista de las necesidades continuará asistiendo a Grecia para los traslados hasta finales de este año, con un total de 5.300 personas que han sido autorizadas a ser llevadas al continente desde el pasado septiembre.

Para que tengan un lugar donde vivir, el organismo de la ONU ha entregado 400 contenedores prefabricados, así como 19.000 artículos de primera necesidad, como mantas, sacos de dormir, ropa de invierno y para la higiene.