México – La Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur) y el Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR), dos de la más grandes organizaciones humanitarias internacionales, están construyendo un albergue para migrantes y refugiados en Coatzacoalcos, en el oriental estado mexicano de Veracruz.

«CICR y Acnur convergemos en la necesidad de ayudar a las personas con espacios de alojamiento dignos. Muchas de las personas que llegan a Coatzacoalcos procedentes del Norte de Centroamérica vienen huyendo de la violencia y la persecución, así que el rol de los albergues no se limita al alojamiento y alimentación», explicó el representante de Acnur en México, Mark Manly, en un comunicado.

Con esto, ambas organizaciones quieren proporcionar un techo bajo el cual dormir a las personas que transiten por esta zona, que tiene grandes necesidades a este respecto.

En coordinación con la Diócesis de Coatzacoalcos, es la primera vez que Acnur y el CICR colaboran en un proyecto de este tipo en México y esperan que no sea la última.

La obra del albergue, que tendrá capacidad para alojar hasta 64 personas y contará con espacios específicos para mujeres, hombres, familias migrantes y solicitantes de refugio, comenzó en diciembre de 2018 y se espera que se inaugure en septiembre de este año.

El estado de Veracruz se han intensificado los flujos de personas migrantes debido al aumento general en todo el país de personas procedentes de Centroamérica que pretenden llegar a Estados Unidos a través de México.

Al sur de este estado convergen las principales rutas migratorias entre Centroamérica y México, por ejemplo, a través de Chiapas.

Coatzacoalcos se localiza, señalaron Acnur y CICR, a 60 kilómetros de Acayucan, ciudad donde se ubica la segunda «mayor estación migratoria del país».

«Este esfuerzo se nota en la solidaridad con los cientos de migrantes y refugiados de Centroamérica que transitan por nuestra diócesis, ya que han salido de su país forzados por la violencia para llegar al norte y encontrar seguridad y garantizar el sustento de sus familias», añadió el sacerdote Joel Ireta, responsable de la Pastoral de Movilidad Humana de la Diócesis de Coatzacoalcos.