Agentes de la policía de Chicago conversan cerca del banco donde se produjo un atraco el 30 de agosto en Chicago, Estados Unidos. EFE/Tannen Maury/Archivo

Chicago – La Junta Policial de Chicago votó este jueves despedir del cuerpo al agente Robert Rialmo, quien estuvo involucrado en la muerte de dos personas en el año 2015 durante un incidente doméstico.

El policía Rialmo tiroteó y mató a Quintonio LeGrier, de 19 años de edad, y accidentalmente también mató a la vecina de LeGrier, Bettie Jones, de 55, quien abrió la puerta para dejar entrar a la policía en la casa donde se había reportado un hecho violento.

El incidente ocurrió el 26 de diciembre de 2015 en el lado oeste de la ciudad, un mes después de que las autoridades se vieran forzadas a difundir el video de la muerte de Lacquan McDonald a manos del policía Jason Van Dyke, quien actualmente está sirviendo siete años en una prisión federal en Nueva York.

La noche de los hechos Antonio LeGrier, padre de Quintonio, le había pedido a Jones abrir la puerta a la policía, pues el joven trató de entrar a su habitación con un bate en la mano.

Al llegar la policía la inquilina Jones abrió la puerta y momentos después el joven LeGrier bajó corriendo a la planta baja de la casa, donde, según Rialmo, lo atacó con el bate de béisbol.

El agente afirmó que fue forzado a retroceder del frente de la casa y a disparar a LeGrier, quien murió a causa del fuego policial.

Jones, quien estaba detrás de la puerta, fue impactada accidentalmente y falleció.

Aunque después se aceptó que Rialmo tenía justificación para disparar a LeGrier, se le cuestiono mucho por la muerte de Jones, lo que abrió un fuerte debate en la ciudad sobre el uso excesivo de la fuerza.

En una audiencia sobre el incidente, el superintendente Eddie Johnson, acusó a Rialmo de impedir al Departamento de Policía de Chicago cumplir con su política y metas y de deshonrarlo, de desobedecer una orden, no atender al deber, de incompetencia y ineficiencia al cumplir con sus obligaciones y de uso ilegal e indebido de un arma.

Posteriormente a la familia de LeGrier se le otorgó una indemnización de un millón de dólares, pero un juez la revocó cuando se dijo que Rialmo tenía justificación para actuar como lo hizo.

A los familiares de Jones la ciudad les otorgó una indemnización de 16 millones de dólares.

A raíz del incidente de Jason Van Dyke y Laquan McDonald y de este caso de Rialmo y LeGrier y Jones, la presión publica forzó a la ciudad a dar a conocer los videos de los incidentes policiales con civiles a los sesenta días de cada caso.

Los policías ahora también son obligados a portar cámaras en sus uniformes para documentar su trabajo.

La ciudad está dividida sobre este incidente. Mientras algunos creen que Rialmo es una víctima, otros dicen que es parte de un patrón en la ciudad en donde las minorías son las constantes víctimas del uso excesivo de la fuerza.