Fotografía del alcalde de Denver, Michael Hancock (c). EFE/Archivo

Denver (CO) – Luego de que el Concejo Municipal de Denver aprobase este lunes por la noche un nuevo plan para el futuro de la ciudad, el alcalde local, Michael Hancock, expresó su respaldo a esa «audaz visión comunitaria» que fomenta la inclusión y protección de inmigrantes, refugiados, desplazados y minorías.

«Promoveremos un crecimiento responsable y equitativo aquí en Denver», dijo Hancock, subrayando que la visión de inclusividad y de equidad social para Denver es el «resultado de años de trabajo» y cuenta con el apoyo «de miles de personas de personas que participan en darle forma y crear una ciudad más inclusiva, conectada y saludable».

El nuevo plan es una medida más que se suma a una larga lista de medidas similares adoptadas por Denver desde febrero de 2017, un mes después de que Donald Trump asumiese la Presidencia de Estados Unidos, para ofrecer protección y ayuda a inmigrantes y refugiados.

En este caso, comentó el alcalde, el foco será aquellas personas «vulnerables al desplazamiento», sea por la gentrificación de sus vecindarios, por el alto costo de la vivienda, por cambios sociales, o por el impacto que las leyes federales de inmigración tienen incluso en personas que residen legalmente en el país.

Por ejemplo, a principios de este mes, Hancock había expresado públicamente su desagrado al enterarse de que inmigrantes legales de Denver no podrían llegar a ser ciudadanos de Estados Unidos por trabajar en la industria de la marihuana legal en Colorado.

Por eso, le pidió a la fiscalía de Denver y con la Agencia de Licencias Especiales (a cargo de los dispensarios de marihuana), y al personal municipal, que «informen a los inmigrantes sobre los riesgos que corren, bajo las leyes federales, si trabajan en la industria legal de la marihuana».

El viernes pasado, el Gobierno federal confirmó oficialmente que no se les otorgará la ciudadanía a los inmigrantes que trabajen en dispensarios de marihuana por considerarse que esa actividad representa una «conducta inmoral».

Hancock dijo que se le «quiebra el corazón» al ver el impacto negativo que las leyes federales tienen en los residentes locales.

Por eso, desafió a residentes, organizaciones vecinales, negocios locales y dirigentes comunitarios de la ciudad a colaborar en lo que denominó «la evolución de Denver» hacia una ciudad «con una extensa participación comunitaria».

Esa colaboración incluye donaciones para el Fondo de Servicios Legales para Inmigrantes de Denver, puesto en marcha en agosto de 2017 y ampliado en octubre de 2018, que destina cientos de miles de dólares al año (de fondos no gubernamentales) para que abogados representen a ciertos indocumentados.

Anteriormente, y en varias ocasiones, Hancock enfatizó que Denver no dejará de cumplir con las leyes federales, pero que, a la vez, se protegerán los derechos de todas las personas en Denver, incluyendo los inmigrantes.