Un grupo de niños migrantes y algunos padres participan en una clase de arte del albergue para familias migrantes, en el antiguo Monasterio Benedictino en la ciudad de Tucson (EE.UU.). EFE/ María León/Archivo

Tucson (AZ) – La Junta de Supervisores del condado de Pima aprobaron este lunes el uso de las instalaciones de un centro de detención juvenil en Tucson para convertirlo en un nuevo albergue para familias migrantes que están siendo liberadas por la Patrulla Fronteriza.

Los supervisores aprobaron, con 3 votos a favor y 2 en contra, este acuerdo de cinco años, el cual podrá ser cancelado en cualquier momento dependiendo de la necesidad existente de esos servicios.

Las instalaciones actualmente vacías del centro de detención juvenil serán modificadas en las siguientes semanas para brindar una atmósfera más placentera a los migrantes.

Antes de la apertura, se retirarán las puertas de las celdas y en su lugar se colocarán cortinas y se pintarán las paredes.

El nuevo albergue será operado por Casa Alitas, organización que forma parte de Servicios de Comunidades Católicas de Tucson y tendrá una capacidad para albergar hasta 300 migrantes y contará con hasta 50 voluntarios.

Se indicó que el condado de Pima cubrirá el costo de operaciones del lugar, el cual estiman durante los primeros seis meses será de 530.000 dólares.

La Junta de Supervisores solicitó al Gobierno federal que este dinero sea cubierto por el fondo de Stone Garden, que se otorga a comunidades fronterizas.

Antes de emitir su voto, los supervisores escucharon los comentarios a favor y contra del proyecto por parte de representantes y voluntarios de diversas organizaciones comunitarias y grupos religiosos que trabajan en favor de la comunidad migrante.

El plan dividió a grupos que tradicionalmente trabajan en conjunto.

«Sabemos que este plan no es perfecto, estamos viendo el efecto que el clima venenoso que se vive en el país está teniendo en nuestra comunidad, pero debemos seguir trabajando todos juntos», dijo Elías a Efe al término de la reunión.

Algunos activistas están en desacuerdo con el uso del centro de detención juvenil para albergar a los migrantes ya que consideran que es injusto que las familias que han pasado varios días en custodia de la Patrulla Fronteriza en celdas frías y saturadas sean colocadas nuevamente en lo que califican como una «cárcel para niños».

Algunos residentes también están en desacuerdo con el arreglo ya que temen que el costo de operación del albergue, seguridad del mismo y el gasto de cuidado médico de algunos migrantes que requieren ser llevados a hospitales locales, al final sea cubierto con los impuestos de los contribuyentes.

La decisión fue tomada debido a que el actual albergue que se encuentra dentro del antiguo monasterio benedictino cerrará el próximo 6 de agosto.