La ministra de Asuntos Exteriores de Australia, Marise Payne (i), es recibida por el ministro de Asuntos Exteriores de Tailandia, Don Pramudwinai (d), hoy, en el Ministerio de Asuntos Exteriores de Bangkok (Tailandia). EFE

Bangkok – El Gobierno de Australia confirmó hoy que está evaluando la petición de asilo de la joven saudí huida a Bangkok tras apostatar e intercedió a favor de un refugiado bareiní en proceso de extradición en la capital tailandesa.

Así lo afirmó en una conferencia de prensa en Bangkok la ministra australiana, Marise Payne, tras reunirse con su homólogo tailandés, Don Pramudwinai, con el que abordó diversos asuntos bilaterales en esta visita oficial.

Sobre la saudí Rahaf Mohammed Al-Qunun, Payne explicó que «Australia está ahora inmersa en el proceso de evaluación» del asilo solicitado en su nombre por el Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), que tiene a la joven bajo su protección en Bangkok.

Payne no pudo precisar cuánto tiempo requiere el proceso de evaluación y señaló que depende de Al-Qunun si solicita que pueda viajar a Australia para esperar allí a que terminen los trámites.

La titular de Exteriores también expresó que su país está «muy preocupado» por la situación de Hakeem Al-Araibi, un refugiado y futbolista bareiní residente en Australia desde 2014.

Al-Araibi fue arrestado en Bangkok en noviembre a raíz de una notificación de Interpol, que fue retirada días después, y actualmente se encuentra en un proceso de extradición a petición de Baréin, que lo acusa de causar daños en una comisaria, algo que él niega.

Australia ha pedido en el pasado la liberación de Al-Araibi para que pueda volver a suelo australiano y Payne subrayó que su país seguirá en contacto «muy estrecho» con las autoridades tailandesas para seguir su evolución.

Tras hacerse viral en Twitter, el caso de la joven Al-Qunun, de 18 años, ha recibido una gran atención internacional.

El jefe de la Oficina de Inmigración tailandesa, Surachate Hakparn, indicó a Efe que el padre de la joven saudí, que llegó ayer a Tailandia, sostuvo que huyó por sentirse «menospreciada».

Surachate precisó que el progenitor no se pronunció sobre las acusaciones de Al-Qunun, quien asegura que su familia la ha sometido a trato vejatorio e incluso la ha amenazado de muerte.

Según el policía, el padre, identificado solo como un gobernador de Arabia Saudí, solicitó poder reunirse con su hija y que ACNUR la convenza para que vuelva a casa con su familia, peticiones a las que ella se ha negado de antemano.

Al-Qunun llegó el pasado sábado al aeropuerto de Suvarnabhumi procedente de Kuwait, donde aprovechó que las mujeres no necesitan autorización de sus «guardianes masculinos» para viajar, como sí ocurre en Arabia Saudí.

Su intención era llegar a Australia, donde quería pedir asilo, tras afirmar que había apostatado del islam y que temía que su familia «la matara» por ello.

La Policía y Human Rights Watch (HRW) indicaron en un principio que también huía de un matrimonio concertado, pero el subdirector de HRW en Asia, Phil Robertson, dijo más tarde a Efe que este hecho no ha sido confirmado.

La joven aseguró que un empleado de la aerolínea Kuwait Airways le confiscó el pasaporte a su llegada y le comunicó que, a petición de la embajada de Arabia Saudí, iba a ser obligada a embarcar el lunes en un vuelo de vuelta a Kuwait, donde la esperaban sus familiares.

Al-Qunun, que abrió una cuenta en Twitter este mes y publicó su primer tuit el domingo pasado, empezó a escribir y subir vídeos en la red social, donde su historia se hizo viral y a día de hoy cuenta con 124.000 seguidores.

La saudí se atrincheró en su hotel en la zona de tránsito del aeropuerto y bloqueó con colchones la puerta, por lo que el avión en el que estaba previsto que fuera deportada salió el lunes sin ella a bordo.

Las autoridades tailandesas sostuvieron que la joven intentó entrar en el país, algo que ella niega, y que le denegaron el visado, por lo que procedieron a su expulsión a Kuwait, por ser el lugar desde el que llegó a Bangkok.

Sin embargo, finalmente accedieron a que quedara a cargo de ACNUR, que ayer pidió a Australia que concediera asilo como refugiada a la joven saudí, y le concedieron entrada temporal en el país.

Tailandia no es signataria de la Convención de los Refugiados de la ONU de 1951 y ha sido criticada por enviar a refugiados y solicitantes de asilo a países donde se enfrentan a persecución e incluso tortura.

En Arabia Saudí, Al-Qunun podría ser procesada por desobedecer a sus guardianes masculinos, dañar la reputación del país o incluso apostatar, delito que es castigado con la pena capital.