Berlín – La coalición de Gobierno alemana ratificó hoy su apoyo al Pacto Migratorio Mundial de la ONU, que la canciller Angela Merkel defenderá personalmente en Marrakech, donde se adoptará el texto pese a las numerosas ausencias de algunos países receptores de migración.

El pacto será “el primer marco, a escala internacional, destinado activamente a canalizar una migración ordenada”, afirmó el ministro de Asuntos Exteriores, Heiko Maas, en declaraciones al semanario “Der Spiegel”.

Todo disenso en torno al pacto es “agua para el molino de malintencionadas campañas de desinformación”, insistió el jefe de la diplomacia alemana.

Merkel ha defendido reiteradamente el pacto como “de interés para Alemania”, por encima de los recelos aparecidos en las filas de su bloque conservador, y destacado que la soberanía sobre las políticas migratorias seguirá correspondiendo a los gobiernos nacionales de cada país.

La canciller ha sostenido estos argumentos ante el Parlamento alemán (Bundestag), que respaldó el texto con los votos de la mayoría de los diputados de la coalición entre conservadores y socialdemócratas, además de apoyos desde las filas opositoras, y con el rechazo de la ultraderechista Alternativa para Alemania (AfD).

El pasado viernes, el congreso de la Unión Cristianodemócrata (CDU) de Merkel aprobó asimismo por una amplia mayoría la moción elaborada por la presidencia del partido en apoyo del pacto, con pocas objeciones por parte del ala más derechista del partido.

El documento será rubricado mañana en dicha ciudad marroquí pese a los abandonos de un numeroso grupo de países europeos, como Italia, Bulgaria, Austria, Hungría, Polonia, Eslovaquia, República Checa, Suiza, Estonia y Lituania, así como Australia e Israel.

Las retiradas comenzaron el año pasado con Estados Unidos, que se desmarcó del proceso de elaboración del pacto -consensuado en junio de 2017 tras 18 meses de intensas negociaciones- con el argumento de que contiene cláusulas no acordes con la política migratoria del presidente Donald Trump.

Merkel se ha erigido en defensora del texto y participará en las sesiones de Marrakech, lo mismo que el presidente del gobierno español, Pedro Sánchez, y el secretario general de la ONU, Antonio Guterres.