El cardenal salvadoreño Gregorio Rosa Chávez. EFE/Rodrigo Sura/Archivo

San Salvador – El cardenal de El Salvador, Gregorio Rosa Chávez, dijo este lunes que espera que esta nación centroamericana «no se convierta en un tercer país seguro» y pidió a los ciudadanos de la región «no ser indiferentes ante el drama humano que viven los migrantes».

«El migrar es un derecho y no se puede impedir el paso a las personas (…) espero que El Salvador no caiga en la trampa de ser un tercer país seguro y siga permitiendo a la gente transitar libremente», manifestó a periodistas el religioso.

Bajo la figura de «tercer país seguro», Estados Unidos planteó a Guatemala enviar a solicitantes de asilo de otros países, algo que también propuso a México y que hasta la fecha esa nación ha rechazado.

En este contexto, Rosa Chávez pidió a los centroamericanos «no ser indiferentes ante el drama humano que viven los migrantes» y apeló a la unidad para «derribar muros que impiden a las personas ser libres y felices».

«No podemos ser indiferentes ante esa drama humano que viven los migrantes», subrayó.

Las declaraciones del cardenal se dan unos días después de que Guatemala y Estados Unidos firmaran un acuerdo que obligará a la mayoría de los migrantes que atraviesan ese país centroamericano a pedir asilo allí, en vez de en territorio estadounidense.

El presidente salvadoreño, Nayib Bukele, dijo el pasado 21 de julio, tras una reunión con el secretario de Estado de EE.UU., Mike Pompeo, que «no se valoró que El Salvador se convierta en un tercer país seguro para los migrantes de la región centroamericana que buscan llegar a EE.UU.».

El pasado 15 de julio, el Gobierno de Donald Trump anunció una medida que rechazaría conceder asilo a aquellos inmigrantes que no lo hubieran solicitado antes en un país por el que hubieran pasado antes de llegar a la frontera de Estados Unidos, el llamado «tercer país seguro».

Lo anterior es parte de las acciones de la Administración Trump para reducir la migración a Estados Unidos.

A principios de junio, Trump intentó que México firmara un acuerdo para convertirse en un «tercer país seguro», pero el Gobierno de López Obrador lo rechazó.

No obstante, el mandatario mexicano acabó accediendo a acoger en México a los migrantes que están a la espera de resolver su petición de asilo en Estados Unidos.