Panamá – Centenares de migrantes cubanos que pretenden llegar al norte del continente americano están varados en la zona fronteriza de Panamá, cuyas autoridades de Seguridad se encuentran reunidas tratando el asunto, dijeron este martes a Efe fuentes oficiales.

La televisión local Telemetro mostró este martes imágenes de los migrantes que se encuentran en la zona fronteriza con Colombia y reclaman a las autoridades panameñas que les dejen pasar para continuar su travesía hacia el norte del continente.

Los cubanos, que podrían superar el millar según las fuentes, se encuentran en las localidades de Puerto Obaldía, La Miel y Armigas, en la comarca Guna Yala, fronteriza con Colombia.

Fuentes oficiales consultadas por Efe aseguraron que los organismos de seguridad estaban reunidos este martes para analizar la situación, y que se espera que emitan un comunicado.

Añadieron que personal del Ministerio de Salud y del Servicio Nacional de Migración también están involucrados en las medidas para atender la situación en la frontera.

El ministro de Salud, Miguel Mayo, informó este martes a medios locales que su despacho ha duplicado el recurso humano en Puerto Obaldía para brindar atención médica a 600 migrantes que están en ese lugar.

«La gente tiene que comprender que hay que atenderlos porque son seres humanos y atendiéndolos y vacunándolos también protegemos a nuestra población», afirmó el ministro y confirmó que hasta el momento se han detectado dos casos de malaria entre los migrantes.

Miles de cubanos en tránsito hacia Estados Unidos quedaron varados entre finales de 2015 y el primer trimestre de 2016 en Panamá y Costa Rica, que lograron evacuarlos mediante un operativo especial que contó con el apoyo de México.

El cuello de botella en los países de entrada a Centroamérica desde el sur del continente se produjo a raíz de la decisión de Nicaragua, en noviembre de 2015, de cerrar su frontera.

Sin embargo, miles de migrantes ilegales caribeños y extracontinentales, de países africanos y asiáticos, en su tránsito hacia Estados Unidos, siguen llegando a Centroamérica ayudados por redes de traficantes de personas.