Tegucigalpa – La masiva migración de hondureños es un tema «muy complejo», cuyo abordaje no tiene una «respuesta sencilla» y requiere que las autoridades reflexionen y ataquen sus causas, dijo este lunes el jefe de misión del Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) en Honduras, Alexandre Formisano.

«La verdad no creo que haya una respuesta sencilla pero sí es importante que haya una reflexión sobre las causas que llevan a las personas a desplazarse y a migrar», subrayó Formisano en una entrevista con Efe en Tegucigalpa.

Destacó la importancia de que las autoridades de Honduras «traten de responder a este fenómeno» porque «no todas las personas que migran se han desplazado antes».

Dijo además que el último año ha sido «intenso» en materia de migración y que las autoridades de Honduras han afrontado «bastantes retos» al recibir a los hondureños repatriados, ya que la cifra se ha duplicado.

Sin embargo, Formisano destacó que los Centros de Atención al Migrante Retornado (CAMR) en Honduras dan «una buena respuesta de manera ordenada» a los hondureños que llegan deportados.

Según cifras del Observatorio Consular y Migratorio de Honduras, entre enero y agosto de 2019 han sido retornados al país 79.808 hondureños que estaban en condición irregular frente a los 53.057 del mismo periodo de 2018, y se espera que esa cifra aumente al final de año.

Varias caravanas con miles de centroamericanos, la mayoría hondureños, han salido desde octubre de 2018 con el afán de llegar a Estados Unidos, lo que ha provocado el Gobierno estadounidense reforzara su frontera.

El jefe de misión del CICR señaló que la Comisión Interinstitucional para la Protección de Personas Desplazadas por la Violencia de Honduras presentó en marzo pasado al Parlamento un proyecto de ley para proteger a los desplazados en el país, donde unas 250.000 personas han tenido que abandonar su hogar entre 2004 y 2018.

En su opinión, la aprobación de la ley permitiría dar «una respuesta en Honduras para muchas personas que tienen que dejar sus hogares y desplazarse» por la violencia que les afecta.

El proyecto también contempla un mecanismo de sistema humanitario, la protección de los derechos humanos, así como de sus bienes y patrimonio abandonado.

Amenazas de muerte, asesinatos de familiares, extorsión y el reclutamiento forzoso de niños y adolescentes por bandas del crimen son algunas de las causas por las que las hondureños abandonan su hogar, según las autoridades.

Formisano dijo que el CICR «no motiva ni desincentiva la migración» pero promueve que se haga de «manera ordenada» y que los derechos de las personas sean «garantizados en todo momento» en la ruta migratoria.

Dijo además que las personas que migran de forma irregular enfrentan riesgos, como la falta de acceso a servicios de salud, la separación familiar y son víctimas de la violencia.

«La ruta migratoria es un lugar que es bastante hostil, donde hay muchos intereses y hay muchas personas que han sido víctimas de abusos», enfatizó.

Agregó que si las personas deciden migrar es importante que «lo hagan de manera ordenada y tengan acceso a los servicios esenciales y que sus derechos no sean vulnerados por su condición de migrante».

El CICR promueve un servicio a través de WhatsApp para orientar a los migrantes donde encontrar agua o cobijo y obtener información vital en su travesía.

Formisano indicó que el CICR promueve además «el restablecimiento de contactos familiares», con el fin de prevenir «la desaparición de migrantes» en su viaje hacia Estados Unidos.