En la imagen, el ministro de Relaciones Exteriores cubano, Bruno Rodríguez. EFE/Ernesto Mastrascusa/Archivo

Naciones Unidas – Cuba considera que Estados Unidos actuó en «flagrante violación de principios básicos del protocolo diplomático» en el proceso de expulsión de dos funcionarios de su misión ante la sede de la ONU, en Nueva York.

Así lo señaló la propia delegación cubana en un comunicado emitido horas después del anuncio de Washington, que exigió la salida del país de dos diplomáticos por haberse «involucrado en actividades dañinas para la seguridad nacional estadounidense».

Según la misión de Cuba ante Naciones Unidas, EE.UU. le hizo llegar una comunicación el pasado 12 de septiembre informando de la acusación contra los dos funcionarios, que no han sido identificados, y dando un plazo de 48 horas para presentar información que justificase no proceder con su expulsión.

Cuba asegura que respondió antes del vencimiento de ese plazo, en las 24 horas posteriores a recibir la notificación.

«Sin embargo, la parte estadounidense, en flagrante violación de principios básicos del protocolo diplomático, decidió responder mediante un tuit. Ello, a pesar de que el canal de consultas entre ambas misiones se encontraba abierto desde el inicio del proceso», lamentó la delegación cubana.

Además de exigir la salida de los dos diplomáticos, EE.UU. anunció este jueves que ha restringido los movimientos del resto de la misión cubana ante la ONU que, a partir de ahora, solo podrá moverse por Manhattan, el centro de negocios y administrativo de Nueva York y donde se ubica el edificio que sirve de sede a Naciones Unidas.

«La Misión Permanente de Cuba rechaza categóricamente la expulsión injustificada de sus diplomáticos y el recrudecimiento de la política de restricción de movimiento para sus funcionarios acreditados en Nueva York y sus familiares», señala el comunicado cubano.

La nota insiste además en un mensaje ya expresado por el canciller cubano, Bruno Rodríguez, en la primera reacción por parte de La Habana, que considera que la decisión de EE.UU. busca «provocar una escalada diplomática que lleve al cierre de embajadas bilaterales, endurecer aún más el bloqueo (en referencia al embargo de EE.UU. a Cuba) y crear tensiones entre ambos países».

«Con estas acciones, el Gobierno estadounidense arrecia su hostil política contra la isla, lanzándose abiertamente a un curso provocador e injerencista contra Cuba. Continúa desconociendo que los principios de la diplomacia cubana no se negocian», insistió la misión.

Desde que llegó a la Casa Blanca en enero de 2017, el presidente Donald Trump ha endurecido la política hacia Cuba con reducciones del personal diplomático, el aumento del embargo comercial, restricciones a los cruceros y limites a los viajes de estadounidenses a la isla, aunque los vuelos comerciales siguen operando con normalidad.

El recrudecimiento de las sanciones se ha dejado notar en la isla, entre otros ámbitos en el turismo, con un descenso de las visitas.