Unos 800 migrantes entre africanos y haitianos son ubicados en un albergue tras semanas de dormir a la intemperie, el 16 de abril de 2019, en la ciudad de Tapachula, en el estado de Chiapas (México). El Instituto Nacional de Migración (INM) empezó a ingresar a familias de africanos y haitianos a la estación migratoria Siglo 21 tras permanecer acampando a la intemperie desde hace varias semanas en esta ciudad fronteriza en el sur de México. EFE/Juan Manuel Blanco/Archivo

México – Las organizaciones de derechos humanos Save The Children y Sin Fronteras denunciaron el martes malas condiciones para menores en las estaciones migratorias de México y defendieron que la detención de niños contraría la Constitución mexicana y los tratados internacionales.

«Nos parece que las estaciones migratorias no son lugares para niños. Aquí no hay control judicial de estas detenciones y los niños pasan por lo menos un mes o mes y medio en condiciones que no son las óptimas» declaró a Efe Ximena Suárez, abogada de Sin Fronteras.

Desde Sin Fronteras, junto a otras organizaciones, se presentó un incidente para evidenciar la mala situación para los niños en estos lugares, en los en algunas ocasiones, explicó, existen omisiones de la autoridad y negligencias.

De acuerdo al marco legal, tanto la Constitución como los tratados internacionales, la detención de niños está prohibida, por lo que Sin Fronteras inició un amparo el pasado 17 de mayo.

A pesar de que el juzgado primero de distrito, en Ciudad de México, decidió no dar las medidas solicitadas y solamente indicó de manera «laxa» que los niños no fuesen deportados y se cumpliesen sus derechos humanos, la organización logró que tribunales colegiados ordenasen que el Instituto Nacional de Migración (Inami) y la Procuraduría federal de protección de niñas, niños y adolescentes cumpliese con tres obligaciones.

Según esta resolución, ambas instituciones debería identificar cada caso de manera individual, determinar como canalizar los casos con embajadas o llevarlos a albergues y contemplar la manera en la que cada niño va a permanecer en México o salir del país.

Después de varias semanas y otro recurso de incidente, el Inami respondió que «la detención de niños estaba bien» y continúa sin actuar y la procuraduría informó de que ya se había puesto en marcha pero que se iba a paralizar porque no puede actuar si el Instituto de Migración no lo hace, a pesar de la posibilidad de recibir sanciones que van desde multas hasta inhabilitaciones.

«Estamos viendo esto relacionado con el nuevo enfoque de seguridad pero no se van a acabar estos flujos a partir de nuevas políticas. La detención de niños está fuera de toda proporción, por ejemplo el viernes pasado fuimos a una estación migratoria y había varicela», detalló Suárez.

Por otra parte, la organización no gubernamental Save The Children mostró su preocupación por las condiciones en las que se encuentran estos miles de niños migrantes que se encuentran solos o acompañados.

«Miles de niñas, niños y adolescentes han formado parte de estos flujos masivos, muchos están acompañados por sus familias y otros sin ninguna compañía. Se estima que 1 de cada 3 personas migrantes que ingresan al país de forma irregular son niñas, niños o adolescentes», explicó la organización en un comunicado.

Según ellos los peligros para estos menores van más allá de las enfermedades físicas, que pueden llegar a ser muy graves e incluso provocar la muerte, ya que también sufren «afectaciones emocionales» como consecuencia de un largo y frustrante camino hacia Estados Unidos.

Save the Children recordó «la necesidad de respetar el derecho internacional de los derechos humanos para asegurar la máxima protección a niñas y niños migrantes en todos los países, priorizando la no separación familiar, la no detención de niñas, niños y adolescentes, ni su detención en estaciones migratorias, así como la no devolución de quienes enfrentan mayores peligros en sus comunidades de origen», termina el comunicado.

La migración aumentó en México desde octubre de 2018, cuando caravanas con miles de migrantes centroamericanos comenzaron a ingresar al país para llegar a Estados Unidos.

El pasado 7 de junio, Estados Unidos y México llegaron a un acuerdo migratorio que evitó que el primer país impusiera aranceles a todos los productos provenientes del segundo.

Como parte de este acuerdo, México envió a las fronteras norte y sur a la Guardia Nacional -un nuevo cuerpo de seguridad impulsado por el Ejecutivo- y se contrató a más personal migratorio.

De esta manera, se ha logrado reducir el flujo migratorio que llega a Estados Unidos en más de un 30 % -según cifras oficiales mexicanas- si bien persiste la problemática.