Denver (EE.UU.).– La ciudad de Denver (Colorado), aceptará a refugiados que otras ciudades rechacen, según dijeron autoridades locales luego de que el Gobierno federal anunciara una reducción de cupos para refugiados en el país.

«Desde hoy, la administración Trump reducirá el número de refugiados permitidos en Estados Unidos a su nivel más bajo desde que se estableció el moderno programa de refugiados en 1980», dijo en un comunicado Atim Otii, directora de la Agencia de Derechos Humanos y Relaciones Comunitarias (HRCP) de Denver.

«Pero en Denver reconocemos el aporte que los inmigrantes y los refugiados traen a nuestras comunidades y a nuestra fuerza laboral», agregó Otii y subrayó «Denver no estará entre las ciudades que deciden no aceptar refugiados».

Otti, nacida y criada en la capital de Colorado y de padres de Uganda, explicó que esos refugiados «ya tienen familiares que aquí los esperan».

Asimismo, la funcionaria calificó como «perjudicial», «anti-estadounidense» e «inhumano» la decisión presidencial de reducir el número de refugiados.

La orden ejecutiva limita la llegada de refugiados a sólo 18.000 al año, el número más bajo desde la aprobación de la Ley de Refugiados hace casi cuatro décadas.

La medida también brinda una mayor coordinación entre el Gobierno federal y las comunidades locales «que ya no pueden aceptar refugiados».

Denver, por ejemplo, ofrece una «academia para refugiados», donde los recién llegados aprenden cómo funciona la ciudad y cómo conectarse con los recursos y comunidades locales.

El alcalde, Michael Hancock, expresó anteriormente que la inclusión de inmigrantes y refugiados es «una prioridad» para Denver y que esta ciudad seguirá siendo «una comunidad segura» para los refugiados y sus familias.

Uno de cada cinco refugiados que llega a Colorado tiene título universitario o habilidades especializadas para integrarse a la fuerza laboral estatal, según el Programa de Servicios para Refugiados del estado.

A nivel federal, Según el Concilio de Refugiados de Estados Unidos (RCUSA), desde 2017 se cerraron 41 oficinas de ayuda a estas personas en 23 estados y se recortaron los fondos para 51 programas de ayuda.

A pesar de su apoyo a la llegada de refugiados «que buscan protección para escapar de la violencia o de la persecución política» en sus países, HRCP estima que el año próximo llegarán a Denver un 40 % menos de refugiados que este año, que a su vez representan un 80 % menos de los que llegaban hace tres años.

La directora de HRCP es una abogada experta en leyes de inmigración y específicamente en asilo y naturalización.

Los padres de Otii llegaron a Estados Unidos como refugiados y esa experiencia la impulsó a completar su carrera en abogacía y a trabajar en programas de integración social de los inmigrantes.