Los ilustradores, la boliviana Alexandra Ramírez, directora de Viñetas con Altura, el más importante e internacional encuentro de creadores de cómic en Bolivia, y el colombiano José Campoh, responsable del festival colombiano Calicomix, posan tras participar en un encuentro con la prensa, hoy en la primera jornada de la Semana Negra de Gijón. EFE

Gijón – El cómic latinoamericano está en un proceso de transición en el que busca su identidad en la narración de acontecimientos históricos de la región, según mantienen distintos directores de festivales de ese género.

Los ilustradores y autores de historietas de los países del cono sur tienen que enfrentarse a la competencia «feroz» de las grandes producciones de Estados Unidos y Japón, y tal vez por eso han decidido narrar su propia cultura para hacerse un hueco en un mercado reducido.

El cómic, como género, está obligado a cambiar no sólo su lenguaje, sino también su soporte y ya no solo se publica en papel, sino también en las paredes de las ciudades y en la televisión en forma de series de animación.

A estas conclusiones han llegado este sábado los directores de los festivales «Viñetas con altura», de Bolivia, Alexandra Ramírez; del Calicómix de Colombia, José Campoh, y de la Semana Negra de Gijón, Ángel de la Calle.

«No todo va a ser Spiderman. El cómic está entrando en el debate ideológico y político y se desarrolla en otros medios más allá del formato en papel tradicional», ha dicho el responsable del festival gijonés.

En una rueda de prensa en la que se abordó la situación del género en latinoamérica, Ramírez y Campoh han coincidido en valorar las producciones de Argentina y México como un faro que ilumina el camino a seguir.

El director del festival colombiano ha explicado que la realidad actual de su país, que intenta dejar atrás una larga secuela de violencia, es una importante fuente de inspiración para los autores de historietas.

El cómic colombiano puede entenderse desde una perspectiva histórica que pivota sobre la violencia desde los «tiempos de la colonia» hasta la actualidad, ha indicado Campoh.

La directora de «Viñetas de altura» ha destacado que la cultura del altiplano ocupa cada vez más un lugar destacado en el que el punto de inflexión ha sido la publicación de obras en lenguas indígenas como el aimara y el quechua.

Cada vez con mayor frecuencia se encuentran en las librerías cómics bilingues en español y alguna de las lenguas de los distintos territorios.

También la emancipación de la mujer está encontrando en el cómic que se publica en Bolivia una plataforma de reivindicación, ha explicado.

En ese contexto, el personaje de «Rosa la poderosa», una mujer de raíces indígenas que practica boxeo, ha creado un proceso de identificación de las mujeres que reivindican «hacer lo que les place» prescindiendo de los roles establecidos en «un país machista como Bolivia».

Alexandra Ramírez ha añadido que el festival que dirige busca acompañar este proceso de transición del género con la publicación de nuevas autoras, organización de exposiciones y la difusión en internet.

La editorial creada en el marco del festival «Viñetas con altura» ha publicado un primer libro compilado de varios autores, titulado «Toda la nieve bajo el sol», que «de alguna manera preserva las lenguas indígenas».

La directora del certamen ha anunciado que para agosto próximo se editará un segundo libro en el que el 90 por ciento de las obras están firmadas por mujeres.