Un agente de la Patrulla Fronteriza de los Estados Unidos atraviesa una puerta en la cerca a lo largo del río Grande cerca de McAllen, Texas, EE. UU., el 23 de enero de 2019. EFE / LARRY W. SMITH/Archivo

Tucson (AZ) – La autopsia del inmigrante Carlos Hernández Vázquez, fallecido en mayo pasado cuando estaba bajo custodia de la Patrulla Fronteriza, señala que el guatemalteco de 16 años falleció por una gripe que se complicó con neumonía y sepsis.

Según el reporte de la autopsia, recogido por el Texas Monthly, la médico forense Norma Jean Farley, del condado de Hidalgo relata cómo fueron los últimos momentos de vida del menor que murió en una estación de la Patrulla Fronteriza en el sur de Texas.

«Se le ve tirado en el piso, vomitando en el piso, y camina hacia el inodoro donde se sienta y luego se recuesta y expira», escribió Farley basándose en un video que aparentemente revisó para su reporte.

La hora exacta del colapso del menor se desconoce porque, de acuerdo al reporte médico, sin explicación alguna, «la hora en el video es incorrecta».

El menor fue descubierto a las 6 de la mañana y fue declarado muerto 12 minutos después el 20 de mayo.

Hernández es el quinto menor guatemalteco que ha muerto bajo custodia de la Patrulla Fronteriza desde el pasado mes de diciembre. En la última década no había fallecido ninguno cuando estaban al cargo de esta agencia federal.

«Esta muerte demuestra la falta de humanidad que existe dentro de la Patrulla Fronteriza. Ayer mismo la Jefa de la Patrulla Fronteriza, Carla Provost, admitió en un testimonio que los agentes no quieren hacer el trabajo de cuidar niños», dijo este jueves a Efe Vicki Gaubeca, directora de la Coalición de las Comunidades Fronterizas del Suroeste.

Hernández cruzó solo la frontera cerca de la población fronteriza de Weslaco en Texas el pasado 13 de mayo y fue detenido y trasladado a un centro para menores no acompañados cerca de McAllen, donde permaneció durante seis días hasta que enfermó.

De acuerdo al reporte, ese 19 de mayo la enfermera practicante que lo atendió determinó que tenía una temperatura de 103 grados debido a la gripe.

A Hernández se le dio el medicamento conocido como Tamiflu y fue transferido a la estación de la Patrulla Fronteriza en Weslaco, donde falleció horas después sin haber sido hospitalizado.

«Es urgente que se encuentren alternativas para que otra agencia esté a cargo del cuidado de los menores que se encuentran en estaciones de la Patrulla Fronteriza», dijo Gaubeca.

En su opinión, se debe reducir además el tiempo de detención de los menores indocumentados porque, en caso contrario, se teme que podría haber «más muertes en el futuro».