Washington – Los dos primeros debates de los aspirantes a la candidatura demócrata para las elecciones de 2020 en EE.UU. evidenciaron las fracturas internas en el partido, con la nueva ola progresista, liderada por las senadoras Kamala Harris y Elizabeth Warren, arrinconando la moderación del exvicepresidente Joe Biden.

Durante cuatro horas, en dos tandas dos días consecutivos, los veinte precandidatos se enfrentaron en sendos debates televisivos en el arranque de lo que presenta como una incierta batalla en el seno del partido que busca desbancar al republicano Donald Trump de la Casa Blanca.

Esto es solo el principio de un prolongado y agotador ciclo de primarias de los demócratas, ya que resta aún un año para la convención que se celebrará en Milwaukee (Wisconsin) en la que finalmente se elegirá al candidato del partido.

Pero las líneas básicas, y los focos de la contienda, ya han sido delineados: inmigración, desigualdad económica, polarización política, cambio climático, sanidad y comercio internacional.

También los bandos. Por un lado, todos contra Biden, de 76 años, que encarna el aparato establecido del partido. Por otro, la lucha entre el resto por ocupar el espacio generado por el viraje a la izquierda de gran parte del electorado demócrata en los últimos años.

Curiosamente, y pese a tener lugar en Florida, un estado con gran porcentaje de población hispana, sorprendió la ausencia en las discusiones sobre las políticas respecto a Cuba y Venezuela.

Como vencedores temporales, los debates de esta semana, situaron a Warren, de 70 años y quien apareció como la aspirante con planes más claros y trabajados; y a Harris, de 54 años y la única afroamericana, por lograr situar contra las cuerdas al exvicepresidente Biden, que lidera las encuestas.

Asimismo, Julián Castro, de 44 años y exsecretario de Vivienda bajo la presidencia de Barack Obama (2009-2017), registró una positiva valoración por su potente discurso contra la agresiva política migratoria de Trump.

«Aún es pronto, quedan debates, millones de dólares y meses de campaña (…). Por eso no creo que Biden esté acabado tras ser atacado. Y no estoy seguro que Elizabeth Warren sea la favorita ahora tras su buen desempeño», indicó a Efe Steffen W. Schmidt, profesor de Ciencias Políticas de la Universidad de Iowa.

Aunque consideró que «el formato escogido por los medios es estúpido» ya que hay «demasiados candidatos», Schmidt subrayó que «la política tiene más que ver con representación y teatro que con políticas detalladas».

«Así que eso es lo que tiene que tener un gran candidato. Mover emocionalmente a la gente para que les apoye», aseveró el profesor universitario al poner como ejemplo la «tremenda» actuación de Castro.

Más desdibujados quedaron otros aspirantes como el excongresista por Texas Beto O’Rourke, de 46 años; y el senador y exaspirante demócrata en 2016, Bernie Sanders, de 77 años.

También Biden, quien trató de hacer valer su dilatada experiencia política de más de 20 años en el Senado y como vicepresidente durante los dos mandatos de Obama, vio cómo su imagen se resentía al aparecer distante y mirar con condescendencia al resto de contendientes.

El circo político de las primarias electorales estadounidenses es, sin embargo, una carrera de fondo por lo que las victorias temporales carecen de valor si no logran ser sostenidas.

Y saber capear los inevitables baches y golpes en tan maratoniana disputa es tan importante como diseñar bien los ataques.

En apenas un mes, los veinte aspirantes volverán a verse a las caras en otro debate televisivo, esta vez en Detroit (Michigan), el 30 y 31 de julio.

La primera cita en las urnas aún aparece lejos en el horizonte, las primarias de Iowa, que tendrán lugar en febrero de 2020.