Tegucigalpa – Al menos una decena de hondureños que enfrentaron la justicia en cortes de Estados Unidos por delitos de narcotráfico u otros relacionados a este flagelo, ya recobraron su libertad, en tanto, no son menos los que saldrán libres en poco tiempo. También hay condenados que enfrentan largas condenas.

– Honduras ha extraditado, mediante un auto acordado aprobado por la CSJ, a 21 de sus ciudadanos hacia EEUU por delitos de narcoactividad. Otros se han entregado por su cuenta y algunos han sido detenidos fuera del país.  

El caso más sonado es Digna Valle, hermana mayor de los líderes del cartel Valle y quien fuera detenida en 2014 en Miami, EEUU. Ella fue sentenciada en un inicio a 11 años de prisión, pero luego logró una rebaja de condena que le quedó en 4 años y medio. La considerada madrina financiera del cartel de Sinaloa está en libertad.

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Digna Valle.

Digna recobró su libertad este 2019 y actualmente “colabora” como testigo en casos contra otros acusados.

Apenas meses después que Digna fuera detenida en 2014 en EEUU, sus hermanos también cayeron en Honduras. Son éstos: José Inocente, Luis Alonso y Miguel Arnulfo, quienes fueron extraditados e incluso ya recibieron condena por sus crímenes.

Tanto Luis Alonso y Miguel Arnulfo “colaboran con la justicia norteamericana y pese a haber recibido altas condenas, no sería extraño que las mismas fueran considerablemente reducidas, auguran conocedores.

Este mismo año se conoció que Luis Alonso está colaborando con la DEA y ya empezó a suministrar información para hundir a sus compinches del hampa. Tanto él como su hermano suman más de 50 años en dos condenas y buscan lograr una rebaja importante.

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Siempre con la familia Valle, otro de los hermanos: José Inocente Valle, condenado a 10 años de cárcel y que los cumple en 2024, podría acceder a estos beneficios si también se suma a la figura de “colaborador”.

Mientras, Marlen Griselda Amaya Argueta, esposa de José Inocente Valle, fue condenada a 6 años de prisión y recobrará su libertad el próximo año (2020). El hermano de ésta, José Raúl Amaya Argueta saldrá en 2022 tras ser sentenciado a 5 años.

Así, el clan Valle busca en su conjunto lograr el beneplácito de la justicia norteamericana mediante información que logre condenar a otros capos de mayor nivel. Documentos desclasificados retratan estas situaciones a las que se acoge el otrora poderoso clan del narcotráfico.

Caso desestimado

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En los últimos días llamó la atención el caso del expolicía Jorge Alberto Cruz Chávez, quien llegó deportado a Honduras luego de entregarse por su propia cuenta a EEUU tras ser señalado de conspirar para importar cocaína a ese país.

El exmiembro de la carrera policial arribó al país el pasado 14 de julio en un vuelo con deportados.

Cruz Chávez, licenciado en ciencias policiales, originario de Trujillo, Colón y residente en la colonia Kennedy de Tegucigalpa llegó al aeropuerto internacional Ramón Villeda Morales de San Pedro Sula a bordo de un vuelo del ICE número 629 SW, después de tres años de permanecer en EEUU.

La Fiscalía del Distrito Sur de Nueva York acusó a Cruz Chávez junto a otros seis uniformados por conspirar para introducir drogas a Estados Unidos proveniente de Colombia y Venezuela entre 2004 y 2014.

La incriminación establecía que el exoficial hondureño habría recibido 100 mil dólares para llevar estupefacientes hacia Estados Unidos, pero al parecer la justicia estadounidense desestimó su caso.

El exoficial de la Policía no tiene acusaciones en Honduras.

Caso Rosenthal

El caso de la familia Rosenthal, luego de EEUU los señalara por lavado de dinero proveniente de la organización criminal Los Cachiros.

El 7 de octubre de 2015, el Departamento del Tesoro de EEUU designó a tres miembros de la familia Rosenthal por lavado de dinero en base a la Ley Kingpin y ordenó congelar sus haberes en las compañías financieras claves.

La acusación incluyó a Yankel Rosenthal, Yani Rosenthal y Jaime Rosenthal (QEPD). Los dos primeros se sometieron a la justicia de EEUU y están a punto de recobrar su libertad.

Los rosenthal

Junto a los primos Rosenthal se acusó al abogado Andrés Acosta García, quien luego fue condenado a 14 meses de prisión e incluso ya recobró su libertad.

En tanto, Yankel -condenado a 29 meses- sale de la cárcel en 2020 y Yani -sentenciado a 36 meses- sale el 29 de agosto del próximo año.

En mayo de este año se conoció que Yani Rosenthal pidió una revisión de sentencia con la que busca le otorguen libertad condicional.

Otros a punto de salir

Otro de los hondureños que enfrenta la justicia de los Estados Unidos es Carlos Alberto Zelaya, condenado a 46 meses de cárcel. Recobraría su libertad en 2021.

Fue imputado en una Corte de Luisiana por conspirar para lavar 1.3 millones de dólares, de dinero proveniente del Instituto Hondureño de Seguridad Social (IHSS), donde su hermano -Mario Zelaya- era el director.

A Carlos Alberto Zelaya se le aseguraron nueve bienes en EEUU, para subastarlos y transferir los recursos al IHSS.

chancletilla

Igualmente, el segundo hondureño extraditado a EEUU, Juving Alexander Suazo Peralta, fue inicialmente condenado a 17 años de prisión, pero luego logró reducción de condena a 8 años y medio.

Alias “Chancleta” decidió colaborar con la DEA, de ahí la considerable reducción de condena. Ahora saldrá en 2022.

Sus testimonios han sido fundamentales para hundir a Arnulfo Fagot Máximo y otros capos hondureños. Los relatos, incluso, han aportado nuevos nombres de jefes del hampa en La Mosquitia.

Finalmente, Ronald Joel Carrión Zalabarria, que había sido penado con 9 años de cárcel, consiguió reducirla a 3 años y medio. Recobrará la libertad en 2021.

El acuerdo de cooperación también se obtuvo a cambio de “quemar” importantes jefes del hampa, entre ellos Sergio Neftalí Mejía Duarte, sentenciado a cadena perpetua por traficar drogas a EEUU.

La primera oleada de “colaboradores e informantes” hondureños con la justicia de EEUU ya rindió sus frutos, otros han sido castigados con penas leves porque los jurados han determinado que sus delitos así lo ameritan. Otros, ya sentenciados, arropados en su silencio, estarán en la cárcel casi por el resto de sus vidas.