Tegucigalpa – El exmundialista hondureño Fernando ‘Azulejo’ Bulnes espera que la selección de su país clasifique al Mundial de Catar 2022, aunque por el nivel de los jugadores que ha tenido Honduras en las últimas tres eliminatorias mundialistas, dice que no sabe «a qué juegan».

«Ahora da pena porque, no sé a qué juegan las selecciones nuestras», indicó Bulnes, de 72 años, a Efe en Tegucigalpa.

El otrora defensa izquierdo de la selección de Honduras, que en el Mundial de España 1982 jugó cuando tenía 35 años, considera que los últimos tres técnicos colombianos que han dirigido a Honduras para los mundiales de Sudáfrica 2010, Brasil 2014 y Rusia 2018, Reinaldo Rueda, Luis Fernando Suárez y Jorge Luis Pinto, «no han sido idóneos para el país desde el punto de vista futbolístico»,

«Rueda de repente era una gran persona y profesional» y aunque logró la clasificación a Sudáfrica 2010, «a qué jugaba Honduras», señaló Bulnes.

Honduras perdió los tres partidos en Sudáfrica 2010, lo que se repitió en Brasil 2014, bajo la dirección de Luis Fernando Suárez.

Al Mundial de Brasil «clasificamos por esas cosas de la vida, pero yo sigo preguntándome a qué jugábamos, qué jugadores produjeron estos entrenadores colombianos, qué nos dejaron», recalcó Bulnes, quien se conserva con buena salud, lo que en parte atribuye a que los sábados camina quince kilómetros.

«Ahora tenemos a (Fabián) Coito. Yo no tengo nada contra Coito, ni lo conozco, pero que me diga Jorge Salomón, que es el presidente de la Federación de Fútbol, qué ha hecho por el fútbol menor de este país, porque es ahí donde está la materia prima. Cuántos campos de fútbol ha hecho (Salomón)», añadió ‘Azulejo’ Bulnes.

De la actual selección, que recién ha asumido el uruguayo Coito y está próxima a competir en la Copa Oro, Bulnes espera «una sorpresa, que no se clasifique (a Catar 2022) porque alguien nos dio una mano, sino porque haya jugadores con talento».

Honduras dependió de otros resultados al final de la eliminatoria para clasificar a los mundiales de Sudáfrica y Brasil.

Bulnes atribuye la clasificación de Honduras al Mundial de España 1982 a la buena calidad de sus jugadores, que estuvieron bajo un régimen de selección durante dos años y medio.

Algunos de esos jugadores, en opinión de Bulnes, como los hermanos Jimmy y Roberto Bailey, estaban aprendiendo a jugar fútbol, «pero eran buenos futbolistas».

Roberto Bailey, de 66 años, falleció el pasado martes en un accidente de tráfico en el norte de Honduras.

Bulnes, graduado en Administración Pública por la Universidad Nacional Autónoma de Honduras, lamentó que la mayoría de los jugadores hondureños no cursen estudios superiores, sino que se quedan solamente con el fútbol, muchos de ellos saltando de un equipo a otro por cuestiones salariales, entre otras causas.

En su caso, desde niño comenzó a ser dirigido por el entrenador Jose de la Paz Herrera, quien clasificó a Honduras al Mundial de España 1982, en el que logró dos empates, contra los españoles (1-1), Irlanda del Norte (1-1) y perdió (1-0) ante Yugoslavia.

‘Azulejo’ también considera que a Honduras «cualquiera viene y dirige un equipo, pero la pregunta que hay que hacer es cuántos jugadores produjo, si le enseñó a jugar al joven, si le quitó la venda y abrió el cerebro al jugador para que aprendiera a jugar, aquí lo que menos hacemos es eso. Enseñamos a que el jugador compre su buen carro, que no es malo, pero no piensa bien».

Dijo además que «Honduras no tiene jugadores con talento», que algunos sobresalen «porque es grande o porque le pegó la pelota en la cabeza y la metió».

La primera selección a la que Bulnes fue llamado, entre 1964 y 1965, fue para la eliminatoria del Mundial de Inglaterra 1966, pero se le excluyó «por ser chiquito», según le dijo el entonces entrenador, Hermes Bertrand, porque jugarían «con unos caribeños que medían casi dos metros de alto».

Bulnes integró la selección de Honduras para la eliminatoria del Mundial de México 1970, en la que los hondureños fueron eliminados por El Salvador después de tres partidos.

El primer juego, en el Estadio Nacional de Tegucigalpa, lo ganó Honduras (1-0); en el segundo, en el Estadio Flor Blanca, de San Salvador, el triunfo de 3-0 fue para El Salvador; mientras que el tercero, disputado en el Estadio Azteca, de la Ciudad de México, también fue a favor de El Salvador por 3-2, en un partido que se jugó tiempo adicional porque al finalizar los 90 minutos habían empatado 2-2.

La eliminatoria se jugó el 8, 15 y 27 de junio de 1969 en un ambiente tenso entre los dos países por la expulsión de miles de salvadoreños de Honduras, como parte de una política agraria local.

Dos semanas después del tercer partido, el 14 de julio, El Salvador agredía a Honduras en un conflicto bélico que duró 100 horas y erróneamente el mundo lo conoció como «La guerra del fútbol».