Tegucigalpa – Bajas temperaturas que provocan un frío que cala “hasta los huesos” es el nuevo desafío para decenas de hondureños de la última caravana migrante que busca llegara a Estados Unidos para solicitar la condición de refugio. Se trata de un nuevo desafío ya que desde que salió la primera caravana migrante el 13 de octubre de 2018 no se habían reportado temperaturas tan bajas en los estados fronterizos de México.
-Gripe y tos suelen ser las infecciones más comunes entre los migrantes quienes también llegan a presentar casos de fiebre a causa de las bajas temperaturas a las que se exponen.
“Los niños se nos enferman porque para todos nosotros este frío es demasiado fuerte, llega a los huesos”, dijo a periodistas Luis, un padre hondureños que viaja en la última caravana con toda su familia.
Al respecto, comentó que todos en la familia han padecido en las últimas semanas gripe, tos y catarro. La mamá y el papá a veces dolores por el frío; ocasionalmente alguien alcanza fiebre. Los niños tienen 4, 2, 18 meses y 111 días de edad.
Lo anterior obedece a que en lugares como en Tijuana la temperatura bajó a 35 grados Fahrenheit.
Menores, los que más sufren
Con tan solo 3 meses de edad, el mexicano Luis Durán -hijo de padres hondureños de la tercera caravana- ha sufrido de recuentes resfríos y catarros. En una ocasión le dio fiebre, por el clima que imperaba mientras recorría con su familia la mayoría del territorio mexicano.
“Todavía se nos pone un poco malito porque se le tapa la nariz, es que aquí hace demasiado frío”, platicó a el padre del mismo nombre, nacido en Tegucigalpa.
Además del bebé, una hermanita de éste -de 18 meses de edad- también se ha enfermado con frecuencia por el frío en el camino a la frontera mexicana con California.
Luis padre dijo que todos en la familia tenido problemas de salud al menos una vez desde que salieron de Honduras, por viajar por un clima que les ha resultado desconocido.
Gripe y tos, infecciones más comunes
Linda Romero, coordinadora del refugio Movimiento Juventud 2000, explicó que el clima fronterizo en realidad es desconocido para la mayoría de las familias que llegan a buscar albergue, especialmente para los niños.
“Les da mucho la gripe, tos, fiebre, traen moquito, ojitos llorositos, porque la mayoría vienen de regiones con clima cálido, pero esto no es solo para las familias centroamericanas, también para las mexicanas”, dijo Romero.
Por ejemplo, hay familias de Michoacán y de Guerrero que esperan turno para pasar a solicitar asilo y para ellas el clima también resulta extremo.
“Es como cuando vienen en el verano, de un clima caliente pero no mucho y más bien húmedo, como tropical, y llegan aquí a Mexicali con un clima de desierto con 50 grados centígrados de calor”, explicó.
Dijo que las familias por lo general no visten ropa apropiada para la región fronteriza, porque salen de sus hogares con lo menos posible y las familias centroamericanas en sus países muy rara vez usan ropa abrigada.