EFE/ARCHIVO

Washington – El Gobierno del presidente, Donald Trump, anunció hoy cambios en las políticas migratorias de concesión de asilo en la frontera con México, que conllevarían, si el mandatario lo requiere, reducir las opciones para demandar este amparo.

Bajo la modificación, a la espera de una proclamación oficial de Trump, los inmigrantes que cruzan de forma irregular la frontera no podrían solicitar asilo en el país y solo podrían hacerlo quienes acceden por puntos de acceso autorizados, informaron en un comunicado los Departamentos de Justicia y de Seguridad Nacional.

«Hoy, utilizamos la autoridad que nos dio el Congreso para prohibir (el acceso) a los inmigrantes que violan cualquier suspensión presidencial sobre llegadas (al país) u otra restricción para poder ser elegido asilado», señalaron la secretaria del Departamento de Seguridad Nacional, Kirstjen Nielsen, y el fiscal general interino, Matt Whitaker, en la nota.

La orden de suspensión de Trump que active esta regulación será firmada este viernes, de acuerdo a medios locales, y en ningún caso tendrá efectos retroactivos.

«La norma otorga la autoridad (…) para eliminar la elegibilidad para asilo a aquellos inmigrantes que se vean afectados o que vulneren una suspensión o limitación para acceder a EE.UU. a través de la frontera con México y que esté impuesta por proclamación presidencial», precisó un alto funcionario de la Administración en una rueda de prensa telefónica.

Trump anunció la semana pasada su intención de limitar las solicitudes en la frontera, sin ofrecer grandes detalles.

Las nuevas restricciones al derecho de solicitud de asilo se basan en la prerrogativa que permitió a Trump emitir en 2017 un veto migratorio a países de mayoría musulmana.

Trump ha asegurado que los inmigrantes que llegaban irregularmente por el límite con México pedían asilo para no ser deportados y quedar en libertad mientras se resolvía su situación.

Generalmente, las autoridades liberan a los solicitantes mientras se gestionan sus casos porque estos no suponen un peligro y por la falta de espacio en los centros de detención, que Trump pretende ampliar.

Sin embargo, activistas han denunciado que muchos de los demandantes de asilo llegados irregularmente a pie han sido privados de libertad de forma indefinida durante meses tras la llegada de Trump a la Casa Blanca.

Se espera que, como ocurrió con el veto migratorio de 2017, varios grupos presenten demandas judiciales para retrasar o bloquear los límites a las solicitudes de refugio, ya que las leyes del país recogen que tiene derecho a hacerlo cualquier persona que pisa suelo estadounidense.