Guatemala – Las remesas familiares alcanzaron este año un nivel histórico en Guatemala, donde la industria turística también creció y el producto interno bruto (PIB) alcanzará un 3 por ciento de crecimiento, pero el país aún mantiene un alto porcentaje de población viviendo bajo la línea de la pobreza.

De hecho, un 53 por ciento de los guatemaltecos continúa siendo pobre, donde el salario mínimo es de 2.742 quetzales (354,7 dólares) mensuales.

Sin embargo, solo el costo de la Canasta Básica Alimentaria (CBA) alcanzó a noviembre pasado los 3.597,4 quetzales (465,3 dólares), y la ampliada, que incluye además educación, vivienda, transporte, recreación, entre otros, llegó a los 8.306,2 quetzales (1.074,5 dólares).

El presidente del Banco de Guatemala (central), Sergio Recinos, asegura que este año las remesas que envían los inmigrantes alcanzarán los 9.000 millones de dólares, lo que supone un 9,8 por ciento más que los 8.192,21 millones de dólares recibidos en 2017, que superaron los 7.159,96 millones de dólares de 2016, que también habían sido históricos.

Hasta noviembre pasado, se tuvo un ingreso acumulado de 8.400 millones de dólares, que representan el 74,12 por ciento del presupuesto del Estado de 11.332 millones de dólares aprobados por el Congreso para el ejercicio fiscal de 2019.

Según la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), las remesas que envían los inmigrantes representan el 10 por ciento del PIB de Guatemala.

Las autoridades estiman que en Estados Unidos radican unos tres millones de guatemaltecos, unos 800.000 de ellos en situación irregular.

Mientras que el PIB cerrará este año con un crecimiento del 3 por ciento, 0,2 puntos porcentuales más que el 2,8 por ciento de 2017, pero quedará por debajo del 3,1 por ciento de 2016 cuando asumió el Gobierno el presidente Jimmy Morales.

En opinión de Recinos, el impulso de la economía guatemalteca se debe al aumento del presupuesto público, el ingreso de las remesas familiares y de las importaciones, que hasta octubre último alcanzaron los 16.415,5 millones de dólares, un 8,9 por ciento más que en el mismo periodo de 2017.

Para el próximo año el también presidente de la Junta Monetaria (JM) prevé que el PIB crecerá un 3,4 por ciento y que las elecciones generales que se celebrarán en junio de 2019, no tendrán ninguna incidencia en el comportamiento de la economía nacional.

Las proyecciones para 2019 coinciden con indicadores diversos como el Fondo Monetario Internacional (3,3 por ciento), la ONU (3,5), la revista The Economist (2,9), además de las calificadoras de riesgo Fitch Ratings (3,5), Moody’s Investors Service (3,4) y Standard and Poor’s (3,0).

La industria turística, que junto a las remesas y las exportaciones son el principal soporte de la economía guatemalteca, también crecerá ese año un 13 por ciento con relación al 2017.

Según el Instituto Guatemalteco de Turismo (Inguat), en 2018 se superarán los 2.113.270 visitantes que tuvo el país centroamericano en 2017 y se prevé que el ingreso de divisas alcance los 1.600 millones de dólares.

El año pasado la industria sin chimenea dejó unos 1.212 millones de dólares.

Pero las exportaciones no se recuperan. En diez meses de 2018 dejaron 8.978,4 millones de dólares en divisas, que representan un 2,6 por ciento menos de lo recibido en el mismo periodo del año pasado.

Estados Unidos se mantiene como el principal mercado de los productos guatemaltecos con 3.271,7 millones de dólares entre enero y octubre pasado, lo que representa un 36,4 por ciento del total, seguido de Centroamérica con 2.554,8 millones (28,5 por ciento).

En 11 meses de 2018, Guatemala superó el monto de 11.769,5 millones de dólares con los que cerró el año pasado de reservas monetarias internacionales neta y alcanzó los 12.472,7 millones.

En tanto que la inflación acumulada a noviembre pasado fue de 2,18 por ciento, menor al 4,68 por ciento que se registró al mismo mes de 2017.