La economista jefa del Fondo Monetario Internacional, Gita Gopinath. EFE/ Shawn Thew/Archivo

Washington – El FMI subrayó este miércoles como «imperativo» evitar políticas que «distorsionen» el comercio, en plena escalada de las tensiones desencadenadas por el proteccionismo de Estados Unidos, especialmente con China, al asegurar que restarán 0,3 puntos porcentuales adicionales al crecimiento global en 2020.

«Es imperativo que todos los países eviten políticas que distorsionen el comercio», apuntó Gita Gopinath, economista jefe del Fondo Monetario Internacional (FMI), en una rueda de prensa al dar a conocer el informe anual sobre sector externo.

Gopinath remarcó que «los países deberían abstenerse de usar aranceles para encarar los desequilibrios comerciales bilaterales, ya que son costosos para el comercio, la inversión y el crecimiento global, y no son generalmente efectivos a la hora de reducir los desequilibrios externos».

De hecho, explicó el reporte, la actual guerra comercial entre EE.UU. y China está «pesando sobre el comercio y la inversión global, sin afectar sustancialmente estos desequilibrios».

El organismo puso cifra a este impacto. Según sus cálculos, se restará 0,3 puntos porcentuales al crecimiento global en 2020 como consecuencia de estas tensiones, que han entrado en su segundo año, por encima de los 0,2 puntos que se prevé costarán a la expansión de este año.

La institución financiera internacional, que se prepara para la salida de su directora gerente, Christine Lagarde, en septiembre, presentará la próxima semana en Santiago de Chile la actualización de sus previsiones económicas globales.

En abril, el organismo pronosticó que la economía global se expandirá un 3,3 % para este año, por debajo del 3,5 % anticipado en enero, y en lo que supone la tercera revisión a la baja consecutiva en seis meses.

Esta semana, se conoció que China tuvo la tasa de crecimiento más baja en casi tres décadas, al situarse durante el primer semestre de 2019 en el 6,3 %, según los datos oficiales.

A finales de junio, el presidente de EE.UU., Donald Trump, y el chino, Xi Jinping, acordaron en la reunión del G20 de Japón una nueva tregua a la guerra comercial, por la que Washington frenó la imposición de nuevos aranceles a China y accedió a permitir que las empresas estadounidenses vendan productos a la tecnológica Huawei.

EE.UU. mantendrá, no obstante, en vigor sus aranceles a productos chinos por valor de 250.000 millones de dólares, y China conserva sus gravámenes a las importaciones estadounidenses por un total de 110.000 millones de dólares.

Trump había amenazado antes de la reunión con imponer aranceles de entre el 10 % o el 25 % a unos 325.000 millones de dólares en importaciones chinas, lo que había alarmado a los mercados internacionales y a numerosas empresas, que temían aumentos de precios en algunos de los productos más cotizados por los consumidores.

El acuerdo con Xi implica que esos gravámenes están fuera de la mesa por ahora.