Tegucigalpa – La joven pareja conformada por los hondureños Dexy Maldonado y Marvin Madrid, se aferran al denominado “sueño americano” pese a un fallo del Supremo de Estados Unidos que da luz verde de forma temporal al Gobierno del presidente, Donald Trump, para denegar el asilo a inmigrantes indocumentados.

-El fallo del Supremo de EEUU da luz verde a Trump para denegar el asilo a indocumentados.

-Al 31 de agosto suman 13 mil 728 los hondureños solicitantes de asilo a EE.UU. que esperan una respuesta en México.

El Alto Tribunal, que informó de esta decisión en su página web, suspendió el fallo de una corte de menor instancia que había bloqueado esa medida.

La decisión, tomada con siete votos a favor y dos en contra, no es definitiva pero aplica mientras la batalla legal sigue su curso.

Esta realidad baja la moral de la joven pareja quienes viajaron miles de kilómetros desde su natal ciudad La Ceiba, escaparon de un secuestro en México y llegaron a la frontera con Texas para solicitar asilo.

Tras iniciar su proceso de solicitud de asilo en EE.UU, las autoridades de ese país los enviaron a una violenta región de México a esperar durante meses por sus audiencias de asilo. Luego, un fallo el fallo de la Corte Suprema  amenazó con desbaratar sus planes, razón por la que decidieron casarse al lado del río Bravo.

«El pastor nos dijo que no era ‘legal, legal’, pero que casarnos sería para servirle a Dios estar juntos», dijo a periodistas Maldonado.

Estos hondureños son parte de unos 42 mil  solicitantes de asilo que, desde enero, han sido enviados a ciudades fronterizas mexicanas a esperar audiencias en Estados Unidos como parte de un programa estadounidense conocido como Protocolos de Protección a Migrantes (MPP, por sus siglas en inglés).

En julio, la administración Trump extendió el MPP a Matamoros, una de las dos ciudades receptoras en Tamaulipas, un estado oriental tan sometido por los carteles de la droga que el Departamento de Estado lo clasifica como una zona de peligro «nivel 4» a la par de Afganistán o Somalia.

La pareja abandonó Honduras después de perder sus empleos cuando las autoridades allanaron la cadena de ropa usada donde trabajaban, alegando que los propietarios usaron el negocio para lavar dinero de las drogas.

Los “catrachos” relataron que partieron con un pequeño grupo dirigido por un autoproclamado «guía», quien no pidió dinero para llevarlos a través de México.

Sin embargo, a medida que se acercaban a Reynosa, una ciudad a una hora en auto al oeste de Matamoros, un hombre aparentemente conocido por el guía los sacó de un autobús y los llevó a un sitio donde decenas de personas estaban detenidas por la fuerza, dijo la pareja.

Pero escaparon y caminaron por varios días, durmiendo en zanjas, hasta que finalmente cruzaron el Río Bravo y se rindieron ante las autoridades estadounidenses.

 Hoy se aferran más que nunca al “sueño americano” pese al fallo del Supremo de EE.UU.