Bruselas – Los líderes de la Unión Europea celebrarán este domingo la tercera cumbre tras los comicios europeos de mayo en la que abordarán el reparto de cargos comunitarios, con la idea de nominar a los presidentes de las principales instituciones antes de que la Eurocámara se constituya el 2 de julio.

En juego están la presidencia de la Comisión, del Consejo y del Parlamento europeos, así como el cargo de responsable de la política exterior comunitaria y el del presidente del Banco Central Europeo, un puesto que responde más a criterios técnicos que políticos, pero que se ha incluido en el paquete.

En su último encuentro la semana pasada, los mandatarios ya aspiraban a cerrar el reparto, pero no lograron un acuerdo.

Por tanto, los líderes tendrán este domingo la última oportunidad para cumplir con la meta autoimpuesta de acordar la renovación de las instituciones antes de que el nuevo Parlamento Europeo se reúna el 2 de julio.

Los mandatarios de los grandes Estados miembros, como Alemania, Francia, Italia o España, llegarán a Bruselas tras tratar el reparto de cargos en los márgenes de la cumbre del G20 celebrada en Osaka (Japón) el viernes y sábado, en la que también estaban presentes los presidentes salientes de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, y del Consejo Europeo, Donald Tusk.

Sin embargo, Tusk apuntó en la ciudad nipona que aún se está «lejos» de resolver la ecuación.

«Nos estamos acercando a una solución, pero todavía estamos demasiado lejos como para ser específico», escribió el viernes el político polaco en Twitter.

Los líderes han apostado por mantener un equilibrio geográfico (países de este y oeste, norte y sur), de género y de partidos en el reparto de los cinco puestos en liza, lo que complica aún más la resolución del rompecabezas.

En cualquier caso, la joya de la corona en ese puzle es la presidencia de la Comisión Europea. El candidato a ocupar ese puesto necesita el respaldo de los jefes de Estado y de Gobierno por mayoría cualificada reforzada (al menos 21 países que representen como mínimo el 65 % de la población de la UE) y de la Eurocámara por mayoría absoluta.

Durante la cumbre de la semana pasada en Bruselas, los mandatarios concluyeron que los candidatos propuestos por los partidos políticos europeos (los «spitzenkandidaten») no tenían apoyos suficientes entre los países.

Con ese resultado, los aspirantes del Partido Popular Europeo (el alemán Manfred Weber), del Partido Socialista Europeo (el holandés Frans Timmermans) y de los liberales (la danesa Margrethe Vestager) parecían abandonar la carrera por la presidencia de la Comisión.

Sin embargo, no es descartable que alguno de los tres candidatos renazca de sus cenizas. De hecho, Timmermans ha resurgido como favorito en las últimas horas para liderar la Comisión Europea.

Al margen de los «spitzenkandidaten», también suenan el negociador comunitario del «brexit», Michel Barnier; la directora ejecutiva del Banco Mundial, Kristalina Georgieva, o la directora gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), Christine Lagarde.

Asimismo, para la presidencia de la Comisión o del Consejo se barajan los nombres del primer ministro belga, Charles Michel; neerlandés, Mark Rutte; irlandés, Leo Varadkar, y croata, Andrej Plenkovic, además del de la presidenta lituana, Dalia Grybauskaite.

De todas formas, los elegidos finalmente podrían no encontrarse en ese grupo de políticos y no sería sorprendente que el consenso surja en torno a candidatos inesperados.

Aunque los líderes quieren cerrar el paquete de nombres antes de la constitución del Parlamento Europeo, la votación del presidente de la Comisión en la Eurocámara no tendría lugar al menos hasta la sesión plenaria que se celebrará entre el 15 y el 18 de julio, por lo que el próximo mes podrían celebrarse nuevas cumbres si el domingo los mandatarios no logran un acuerdo.

Si el Parlamento rechaza al aspirante propuesto por los países, los líderes deberán proponer a otro candidato en el plazo de un mes para que la Cámara vuelva a votar.

En última instancia, si el proceso se eterniza, se podría prolongar el mandato de la actual Comisión Europea, que concluye el 31 de octubre de 2019.

Pase lo que pase el domingo, la Eurocámara, más fragmentada tras las elecciones de mayo, quedará constituida el 2 de julio y un día después elegirá a su nuevo presidente.

Los mandatarios no intervienen en la elección de ese cargo, pero se tendrá en cuenta a la hora de diseñar el paquete de cinco puestos y de mantener el equilibrio geográfico, de género y de partidos.

Por el momento, han propuesto candidatos para liderar la Cámara el Grupo de los Conservadores y Reformistas Europeos (el checo Jan Zahradil) y la Izquierda Unitaria Europea (la española Sira Rego).