Guatemala – Diversas organizaciones de madres de migrantes desaparecidos de Centroamérica demandaron hoy en la ciudad de Guatemala que los Gobiernos garanticen los derechos de la caravana de hondureños que se dirigen hacia Estados Unidos.

«A los Estados Centroamericanos les demandamos el derecho a migrar de todas las personas, así como el derecho a la libre movilidad, en virtud del acuerdo de libre ingreso y tránsito de países de la región», sostuvo la nicaragüense Amilda Bustillo, miembro de una de las organizaciones de madres de migrantes desaparecidos.

Las mujeres, que también anunciaron la XIV edición de la caravana de madres de migrantes desaparecidos del 23 de octubre al 8 de noviembre, exigieron a las autoridades de Guatemala y México «que se garantice la no criminalización» y que se respete la integridad física y emocional de toda persona migrante».

Advirtieron que ya ha habido casos de desaparición de personas que van dentro de la caravana hondureña, cuya estadística aún es «incompleta». Sin embargo, entre más tiempo pasa «nos estamos llenando de casos», dijeron.

Reunidas en un salón de la Federación Guatemalteca de Escuelas Radiofónicas, en el Centro Histórico de la capital del país centroamericano, cuatro mujeres representantes de la caravana de madres pidieron a los Estados que «reconozcan a la familia como víctima y que respalden el derecho de la búsqueda de la verdad y la justicia».

Solicitaron la creación de una «red de coordinación interinstitucional» para que atienda «los problemas de los migrantes en tránsito en situación irregular».

Además, le recordaron a las autoridades guatemaltecas que deben aplicar el Código de Migración, el cual manifiesta que el Estado tiene la obligación de proteger la vida y la libertad de toda persona extranjera que se encuentra en su territorio.

También instaron a la Policía Nacional Civil de Guatemala a «no asumir funciones de control inmigratorio que no le corresponden» y señalaron que han cometido «abusos de autoridad y violaciones de derechos humanos a las personas migrantes».

Ha sido la política antiinmigratoria de Estados Unidos y México, así como las restricciones «a la libre movilidad de los países de Centroamérica», lo que ha «agudizado» las condiciones que ponen en «situación de mayor vulnerabilidad a personas que migran con irregularidad».

Los migrantes, apuntaron las mujeres, son víctimas de «secuestros, extorsión, tortura, violencia sexual, trata, desaparición y asesinato», delitos cuyas consecuencias «alcanzan a sus familiares».

Los más vulnerables, acotaron, son las mujeres, la niñez y adolescencia, las personas LGBTIQ y los mayas.

La salvadoreña Rosa Hidalgo Jiménez indicó que Guatemala será el punto de encuentro de los comités y las asociaciones guatemaltecas, nicaragüenses, salvadoreñas y hondureñas para iniciar la XIV Caravana de Madres Centroamericanas hacia México, compuesta por unas 30 mujeres, que serán acompañadas por «varios Estados» mexicanos por organizaciones civiles.

Allí denunciarán los tratos «ilegales e inhumanos» a los que hicieron referencia y continuarán en la búsqueda de los suyos, aquellos que abandonaron el hogar para emprender la odisea hacia Estados Unidos, desde donde, bajo cualquier condición laboral, conseguir ingresos y mandarlos de vuelta a casa.

«A las autoridades guatemaltecas y mexicanas, les pedimos solidaridad en la búsqueda de nuestros migrantes, y que eliminen las diversas formas de discriminación, discursos de odio y la violencia a las personas migrantes, reconociendo que se han visto forzadas a cruzar fronteras de forma irregular, en la búsqueda de oportunidad negada en sus países de origen y a la vez se ven forzadas a huir de la violencia e inseguridad, persecución y asesinato de defensores de derechos humanos y despojo de tierras por mega proyectos», concluyó Hidalgo.

Al menos 7.000 personas forman parte de la caravana de migrantes centroamericanos que desde el pasado 13 de octubre avanza rumbo a Estados Unidos, según estimó este lunes Naciones Unidas.

Tras haber recorrido durante una semana Guatemala, el objetivo de la caravana es alcanzar la frontera de México con Estados Unidos, lo que supone un recorrido de 2.000 kilómetros hacia la zona noreste o de casi 4.000 kilómetros, si se opta por la ruta del noroeste que lleva a Tijuana. ACAN-EFE