El subsecretario para América Latina y el Caribe de la Secretaría de Relaciones Exteriores de México, Maximiliano Reyes, habla durante una entrevista con Efe el 28 de junio de 2019, en Medellín (Colombia). EFE/ Luis Eduardo Noriega A/Archivo

México – México, El Salvador y Honduras avanzan en la aplicación de un plan de desarrollo regional con encuentros de alto nivel con la finalidad de frenar la migración hacia Estados Unidos, país que recientemente anunció nuevas restricciones a la concesión de asilo.

El subsecretario mexicano de Relaciones Exteriores para América Latina y el Caribe, Maximiliano Reyes, anunció este miércoles que el viernes 19 de julio el canciller Marcelo Ebrard se reunirá con el presidente de El Salvador, Nayib Bukele, en el país centroamericano para iniciar el programa Sembrando Vidas.

El vicecanciller recordó que Bukele y el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, anunciaron el 20 de junio pasado en el municipio de Tapachula, suroriental estado mexicano de Chiapas, el establecimiento de este programa consistente en generar empleos a través de la reforestación.

Se prevé que dicho programa, que forma parte del Plan de Desarrollo Integral para Centroamérica propuesto por México, permitirá generar sistemas agroforestales en 50.000 hectáreas del territorio salvadoreño y generará unos 20.000 empleos.

«Es el programa de cooperación más amplio con El Salvador que hayamos tenido e inicia hoy con más de 30 millones de transferencia directa dentro de programa que contempla más de 100 millones de dólares», explicó entonces el canciller Ebrard.

El subsecretario Reyes precisó que el viernes Ebrard y Bukele inaugurarán el registro de los primeros 250 beneficiarios del programa, «que son de los municipios de El Salvador y México que hemos identificado como los mayores expulsores de migrantes».

Adicionalmente, indicó, el presidente de Honduras, Juan Orlando Hernández, viajará a México el 27 de julio a un acto con López Obrador «para hacer lo propio» en su país.

«Pensamos que hacia fines de mes estaremos también entregando los primeros beneficios para personas migrantes en Honduras», enfatizó.

Por otro lado, Reyes dijo que uno de los objetivos del programa es que los migrantes que sean interceptados en México y acepten un retorno voluntario puedan ser beneficiarios de estos programas.

«Está claro que ni los muros físicos, ni los muros arancelarios ni los muros tecnológicos han reducido el fenómeno migratorio. Por eso, la Opic (Corporación de Inversión Privada en el Extranjero) y el Departamento de Estado de Estados Unidos han anunciado la inversión en México de 800 millones de dólares en el sureste de México para proyectos de infraestructura», recordó.

El 10 de julio, el canciller Ebrard anunció que Estados Unidos invertirá unos 800 millones de dólares en el sector privado del sur-sureste de México a través de la Opic a fin de crear empleo y desarrollar la región más pobre del país.

Los fondos se usarán en la construcción de una planta de licuefacción de gas natural y una de energía eólica, así como en el financiamiento de micro, pequeñas y medianas empresas en la región.

Por otro lado, el subsecretario Reyes reveló que el martes se aprobó la ejecución de un fondo de la Agencia Mexicana de Cooperación Internacional para el Desarrollo (Amexcid), el Instituto Nacional de Migración (Inami) y el Sistema Nacional para el Desarrollo Integral de la Familia (DIF) por 60 millones de pesos (3,14 millones de dólares) para restaurar albergues para migrantes.

Serán mejoradas las estaciones migratorias de Tenosique, estado de Tabasco; la Siglo 21 en Tapachula, Chiapas, y la de Acayucan, Veracruz. Asimismo, se habilitará un nuevo refugio temporal para niños migrantes, apuntó.

«Es una instrucción precisa y cotidiana del presidente Andrés Manuel López Obrador la atención que el Gobierno mexicano debe dar, priorizando el respeto y el cuidado de los derechos de las personas migrantes, y en particular de los niños, acompañados o no acompañados», manifestó.

El Plan de Desarrollo Integral para Centroamérica es una respuesta a la crisis migratoria que desde mediados de octubre de 2018 se vive en México, con un aumento inusitado en el número de migrantes, principalmente centroamericanos, que ingresan al país con la intención de llegar a Estados Unidos.

Bajo presión del Gobierno estadounidense, que amenazó con imponer aranceles a productos mexicanos, México firmó un acuerdo migratorio con su vecino del norte y reforzó los controles en todo el país con miles de agentes.

El canciller Ebrard se reunirá el 21 de julio en la capital mexicana con el secretario estadounidense de Estado, Mike Pompeo para hablar de temas migratorios y comerciales.

La visita de Pompeo se produce en un nuevo momento de tensión acerca del tema migratorio.

El Gobierno del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, anunció este lunes que impedirá otorgar el asilo a los inmigrantes en Estados Unidos que no lo hayan solicitado antes en un «tercer país seguro».

El mismo día, Ebrard objetó la orden de Trump al señalar que constituye «una limitación al derecho de asilo con la cual México no está de acuerdo».

Asimismo, descartó que las medidas anunciadas por EE.UU. conviertan a México en «tercer país seguro» para migrantes ya que no existe un acuerdo «bilateral» en ese sentido.