El secretario de relaciones exteriores de México, Marcelo Ebrard, comparece en rueda de prensaen Palacio Nacional, en Ciudad de México (México). EFE/ Sáshenka Gutierrez/Archivo

México – El Gobierno de México señaló este viernes que «toma nota» sobre las críticas vertidas por el Parlamento Europeo en contra de su política migratoria y reiteró su «compromiso» de respetar los derechos humanos de los migrantes.

«La Secretaría de Relaciones Exteriores toma nota de la resolución adoptada por el Parlamento Europeo concerniente a aspectos de la situación migratoria en Estados Unidos, México y Centroamérica», informó la Cancillería mexicana en un comunicado.

A su vez, reiteró «el compromiso del Gobierno de México de hacer cumplir sus leyes con pleno respeto a los derechos humanos» de los migrantes.

Y justificó que su «política de refugio» se ampara en la Constitución mexicana, la Ley sobre Refugiados, Protección Complementaria y Asilo Político, y los acuerdos internacionales.

El Gobierno mexicano aprovechó el comunicado para agradecer a la Comisión Europea y a diversos países de la Unión Europea por haber expresado el apoyo al Plan de Desarrollo Integral de Centroamérica.

Este programa, impulsado por México y la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), busca «abordar la migración con un enfoque integral» que genere oportunidades de trabajo y de seguridad en Centroamérica y frene la migración forzada.

El Parlamento Europeo aprobó este jueves una resolución en la que expresó su «preocupación sobre los recientes cambios en cuanto a política migratoria adoptados por las autoridades mexicanas» e instó al Gobierno a «cumplir con los estándares internacionales y los derechos humanos».

Además, criticó que «el Ejército no es el instrumento correcto para abordar asuntos migratorios» y pidió que en la frontera haya policía especializada que haya sido entrenada en el «respeto a los derechos humanos y la dignidad de los migrantes».

Desde octubre de 2018, se intensificó el flujo de miles de migrantes provenientes en su mayoría de Centroamérica que atraviesan México con el objetivo de llegar a Estados Unidos.

A raíz de este éxodo, el presidente estadounidense, Donald Trump, anunció a finales de mayo la imposición de aranceles a todos los productos mexicanos como castigo por no frenar la migración.

Pero el 7 de junio se llegó a un acuerdo «in extremis» para evitar los aranceles que se ha traducido en el despliegue de miles efectivos de la nueva Guardia Nacional en la frontera sur y norte para controlar el fenómeno migratorio.