El presidente del Comité Olímpico Internacional (COI), Thomas Bach, anuncia la candidatura de Milán-Cortina d'Ampezzo como sede de los Juegos de invierno del año 2026, durante la primera jornada de la asamblea del COI que se celebra en Lausana (Suiza). EFE

Madrid – Milán, secundada por Cortina d’Ampezzo y un ramillete de otras localidades alpinas, organizará en el año 2026 los Juegos Olímpicos de invierno, tras superar a la candidatura de Estocolmo-Åre por 47-34 en la votación llevada a cabo en Lausana (Suiza) por los miembros del COI.

Será la tercera vez que la cita olímpica invernal se dispute en Italia, después de las ediciones de 1956, también en Cortina, y 2006 en Turín.

Los representantes de Milán hicieron ante el COI una presentación entusiasta, alejada de tecnicismos y con algunos toques de distinción, como una exposición en verso de los atractivos culturales, deportivos e históricos de su país.

El primer ministro italiano Giuseppe Conte estuvo al frente del equipo trasladado a Lausana, y el presidente de la República, Sergio Mattarella, envió un mensaje en vídeo.

Ambas ciudades llegaron a la votación en teórica igualdad, después de que la Comisión de Evaluación que las examinó señalase en los dos casos grandes virtudes, relacionadas con sus instalaciones y experiencia organizativa, pero también importantes desafíos derivados de la lejanía entre las instalaciones previstas para la competición.

Ante esa paridad, Milán se vio beneficiada por su notable peso en la asamblea olímpica, con influyentes miembros en activo como Franco Carraro, Ivo Ferriani o Giovanni Malagó, y otros jubilados pero presentes en el equipo, como Mario Pescante, Ottavio Cinquanta o Manuela Di Centa.

Además, en la asamblea olímpica había un cierto sentimiento de deuda con Italia desde que en 2016 las autoridades políticas retiraron a Roma su apoyo para organizar los Juegos de verano de 2024, pese al consenso de la comunidad deportiva y con el proyecto ya aceptado por el COI.

La presencia en primera fila del auditorio donde se desarrolló la asamblea de la princesa heredera de Suecia, Victoria, no fue suficiente para inclinar la balanza a favor de Estocolmo.

Milán sucederá a Pekín 2022 en la relación de ciudades organizadores de los Juegos de Invierno.

Giuseppe Conte se mostró «orgulloso y satisfecho» de defender como primer ministro un proyecto que combina «historia, cultura e innovación».

Entre las razones para confiar en Italia, enumeró «la belleza de los Alpes», «la alta capacidad organizativa» de su país en deportes de invierno y «el apoyo de todos los ciudadanos».

Las encuestas encargadas por el COI arrojaban un respaldo ciudadano muy superior en el caso de Milán que en el de Estocolmo.

«Esto no es el sueño de dos ciudades, sino del país entero. Con todas las garantías», aseguró Conte.

Previamente, en una comparecencia ante la prensa, el alcalde milanés, Giuseppe Sala, había confirmado «absolutamente» que San Siro se utilizaría para la ceremonia inaugural de los Juegos, pese al deseo de los clubes de fútbol Inter y Milan de contar con un nuevo estadio.

«Después de 2026, en caso de que decidamos construir un nuevo estadio, pensaremos qué hacemos con San Siro. Pero confirmo absolutamente que será el lugar donde se celebre la ceremonia inaugural», indicó Sala.

Si el proyecto se mantiene en los términos presentados al COI, en 2026 Milán se quedará con las pruebas de hielo y Cortina, a más de 400 km de distancia, con el esquí alpino, el biatlón, el curling y los deportes de trineo.

A estas ciudades se unirán subsedes también apartadas de la ciudad principal, como Bormio (esquí alpino) y Livigno (snowboard, esquí estilo libre), a unos 200 km de Milán; el valle de Fiemme (saltos, esquí de fondo y patinaje de velocidad), a unos 300; y la Arena de Verona, anfiteatro romano a 160 km, elegida para la ceremonia de clausura y que puede presumir de ser la única instalación de los Juegos construida en el siglo I.

Esta dispersión obligará a alojar a los deportistas en seis villas olímpicas, con los consiguientes inconvenientes en materia de transporte y seguridad.

Este mapa de instalaciones obedece a las nuevas preferencias del COI, que prima el uso de sedes ya construidas, aunque estén alejadas, sobre el gasto requerido para erigir nuevos estadios.

Estocolmo había llevado esta filosofía al extremo al situar la subsede de skeleton, bobsleigh y luge en Letonia, en la localidad de Sigulda.

El presupuesto operativo de Milán asciende a 1.566 millones de dólares. La ciudad necesita construir solo la Villa Olímpica y una pista de hockey hielo.

La carrera por la sede de los Juegos de 2026 había quedado reducida a solo dos candidatas tras las sucesivas renuncias de Sion (Suiza), Graz (Austria), Calgary (Canadá) y Sapporo (Japón) por falta de apoyo popular o político.