México – Más de 2,000 migrantes hondureños entraron hoy en caravana a México, sin seguir la petición de las autoridades migratorias de esperar en la frontera con Guatemala a recibir la tarjeta por razones humanitarias, un trámite que sí está cumpliendo otro millar de personas.

De esta manera, la caravana migrante, que salió esta misma semana de San Pedro Sula, Honduras, ingresó la madrugada de este viernes por el puente fronterizo que conecta la ciudad de Tecún Uman, en Guatemala, con la Ciudad Hidalgo, en el suroriental estado mexicano de Chiapas.

 La entrada al país de este nuevo contingente se dio luego de que los migrantes presionaron a las autoridades fronterizas, quienes finalmente los dejaron pasar, sin que se registraran incidentes violentos como sucedió con la irrupción de caravana de migrantes que entró al país el 19 de octubre.

 Tras su entrada, los migrantes tomaron rumbo hacia la ciudad de Tapachula, escoltados por miembros de Protección Civil y algunos agentes de la Policía estatal.

 «En ningún momento fuimos violentos porque llegamos a un acuerdo que nadie tiene que ser así, acordamos que si no abrían los portones íbamos a esperar como personas civilizadas y así lo hicimos», dijo a Efe Lisset Ramos, originaria de Tecomoyan, Honduras, quien se traslada con sus tres hijos, su hermana y dos sobrinos.

 Otra joven hondureña consideró que su ingreso fue «pacífico» y dijo que en un principio las autoridades fronterizas mexicanas no los iban dejar entrar: «Pero nos reunimos y nos dejaron pasar, el portón estaba abierto».

 En tanto, unas 200 personas decidieron quedarse afuera de la estación migratoria de Ciudad Hidalgo, para regularizar su ingreso legal a México, al obtener un permiso de un año para poder permanecer en territorio mexicano.

 Previamente, autoridades mexicanas informaron que 969 inmigrantes solicitaron en las últimas horas asilo humanitario en México cumpliendo con los requisitos del Instituto Nacional de Migración (Inami), que busca una entrada al país ordenada y regular.

 Los migrantes, en su mayoría de Honduras, hicieron filas afuera de las oficinas del Inami, tras el exhorto de las autoridades migratorias a que regularicen su estancia en México.

 Ana Laura Martínez de Lara, directora de Control y Verificación Migratroria del Inami, indicó que a los integrantes de este grupo de la primera caravana inmigrante del año se les dará una tarjeta que les permitirá tener un permiso por un lapso de un año en territorio mexicano. Además, también podrán trabajar en este país.

 Explicó que la mayoría de los inmigrantes que iniciaron su trámite ante la autoridad migratoria regresaron a Guatemala, desde Tecún Umán, ante la falta de albergues en Suchiate.

 Los inmigrantes, en un plazo de unos cinco días, regresarán a las oficinas migratorias a preguntar sobre la tarjeta que les permitirá ingresar de forma legal a territorio mexicano.

 Durante su caminata hacia Tapachula, los centroamericanos pidieron ayuda para recibir comida, agua y ropa, y recordaron que no migran por gusto sino porque en Honduras hay mucha pobreza y violencia.

 Como parte del operativo desplegado por el Gobierno mexicano, la Secretaría de Salud, en atención a su derecho a la salud, ofrece atención humanitaria a los migrantes, quienes por lo general vienen en condiciones adversas.

 Mientras que pobladores del municipio mexicano de Suchiate manifestaron su rechazo a los albergues para los migrantes ya que argumentan que, tras el paso de las anteriores caravanas, aumentaron los actos delictivos y la inseguridad.

 En octubre de 2018, miles de centroamericanos -en su mayoría hondureños y salvadoreños- abandonaron sus países en distintas caravanas con el afán de llegar a Estados Unidos y solicitar asilo, en un éxodo que causó choques diplomáticos entre países.

 En los últimos días, al menos dos nuevas caravanas han partido desde Centroamérica; una de hondureños conformada por unas 1.700 personas y otra de salvadoreños más pequeña, de unos 100 migrantes.