Miembros de la caravana migrante siguen su camino desde Ciudad Isla, en el estado de Veracruz (México) hoy, domingo 4 de noviembre de 2018, rumbo al estado de Puebla. EFE

Veracruz (México) – Miles de migrantes centroamericanos dispersados en grupos en el estado de Veracruz se dirigen hoy a pie o en todo tipo de vehículos al estado de Puebla, como escala previa a su llegada a Ciudad de México.

Desde diversas ciudades y pequeños poblados del sur y centro del estado de Veracruz, hondureños, salvadoreños y guatemaltecos se suben a camiones de carga para dirigirse al oriental estado de Puebla, puerta de entrada de la capital del país.

Desde el viernes cuando llegaron a Veracruz, más de 4.000 migrantes, quienes entraron a México desde el 19 de octubre, se dispersaron en una docena de municipios, bajo la consigna de reagruparse en la colonial ciudad de Puebla.

El mayor número de centroamericanos que emprendieron la peregrinación salieron de las ciudades de Córdoba y Amatlán de Los Reyes, lugar donde muchos durmieron en el refugio de Las Patronas, un grupo de mujeres altruistas que alimentan a migrantes que viajan en tren.

En el comedor «La Esperanza del Migrante», ubicado en la congregación La Patrona, municipio de Amatlán, las mujeres – quienes hace tres años fueron nominadas al premio Príncipe de Asturias- otorgaron los pocos los alimentos que había.

La coordinadora del movimiento, Norma Romero, dijo que lo más urgente es comida enlatada, agua embotellada, botellas vacías, artículos de aseo personal, ropa y calzado para las otras caravanas que vienen detrás.

A esta caravana de avanzada le siguen los pasos una segunda de otros 2.000 migrantes, en su mayoría hondureños, que ingresaron al país el 29 de octubre y que transitan por el estado de Chiapas.

En tanto, el tercer grupo, de unos 500 salvadoreños, que solicitaron de manera legal asilo en México también permanecen en Chiapas y un cuarto grupo, de unos 2.000 salvadoreños que entró el viernes caminando por el río Suchiate va rumbo a la ciudad de Tapachula, también en Chiapas.

Franklin Javier Jiménez Rivera, originario de San Pedro Sula, lleva 25 días de peregrinación, viaja con su esposa y su hijo de dos años y medio. Hoy transita por las carreteras federales del sureste mexicano hasta llegar a Ciudad de México.

«Soy albañil, allá trabajamos un día o dos y a veces descansábamos toda la semana. Es poco lo que se gana y no alcanza para lo que requiere el niño», afirma.

El hondureño explicó que el gran contingente se dividió para poder avanzar, después de que se percataron de que las autoridades migratorias y la policía federal los han dejado transitar por el territorio mexicano. Incluso, dijo, los han cuidado.

«Aquí nos han tratado bien, solo hay que tener cuidado en los «raids» (aventones) que nos dan, pero nos han tratado bien aquí. La migra nos ha estado apoyando», agregó.

Junto con Franklin miles de centroamericanos que conforman la primera oleada del éxodo masivo se dirijan al corazón de México, la antigua Tenochtitlán.

En la ciudad de Puebla, las autoridades esperaban durante el día la llegada de unas 4.500 personas en los albergues instalados en las parroquias «La Asunción» y «San Juan de los Lagos» además del polideportivo Xonacatepec, al norte de la ciudad.

En la capital mexicana los centroamericanos serán acogidos en el estadio Jesús «Palillo» Martínez, que se ubica dentro del complejo de la Ciudad Deportiva de la Magdalena Mixhiuca, a unos pasos del autódromo Hermanos Rodríguez.

A la instalación, preparada para acoger a unos 5.000 centroamericanos, han llegado ya unos 300 migrantes quienes viajaron en diversos medios de transporte desde el estado de Veracruz durante prácticamente todo el sábado y la madrugada del domingo.