Fotografía cedida por la firma Kidbox que muestra a un grupo de niños de todo Estados Unidos mientras escuchan una charla este miércoles, durante al encuentro de la nueva "Junta directiva de niños" en Nueva York (EE.UU.), una iniciativa que cumple este miércoles su tercera edición. EFE/Michelle Sheets/Cortesía KIDBOX

Nueva York – Alrededor de la mesa de juntas, diez niños de entre 8 y 12 años escuchan atentos el proyecto que cada uno de ellos presenta. Todos son activistas destacados, a pesar de su corta edad, que luchan por un agua limpia, una vivienda digna o para que otros niños aprendan a leer.

La escena parece propia de un «talent-show»: un jurado de cuatro expertos valora a los diez jóvenes, todos nacidos al frío de la crisis financiera de 2008, para saber cuál de los jóvenes «emprendedores sociales» se llevará un bonus de 5.000 dólares para sus proyectos comunitarios.

Los niños ya tienen en sus manos 10.000 dólares en ropa para repartir, proporcionados por la firma Kidbox, que envía vestuario infantil a domicilio y que organiza el encuentro de la nueva «Junta directiva de niños», una iniciativa que cumple este miércoles en Nueva York su tercera edición.

El plantel lo conforman chiquillos de todas partes de Estados Unidos, aunados por el activismo y algunos de los cuales han sido reconocidos por el expresidente Barack Obama, que ha difundido sus historias como casos de éxito.

Jahkil Jackson y Mari Copeny tienen once años. El primero viene de Illinois y la segunda de Michigan y ambos recuerdan con alegría el momento en que supieron que Obama ponía como ejemplo sus acciones.

«Me sentí muy feliz de saber que el presidente conocía mi nombre y de tener la oportunidad de conocerle», explica a Efe Jackson, de Chicago, quien fundó «Project I Am» (Proyecto yo soy) cuando tenía ocho años, después de ayudar a su tía a distribuir comida a las comunidades sin hogar de su ciudad.

Comenzó distribuyendo «Blessing bags» (bolsas de bendición) con toallitas, calcetines, desodorantes, barras de muesli, cepillos de dientes y botellas de agua, entre otras muchas cosas. Ahora, sus 10.000 dólares en ropa, los donará a niños que lo necesiten, escuelas y refugios.

En el futuro, dice, se ve en el mundo del «emprendimiento social», aunque a través de una iniciativa distinta, con un máster de dirección de empresas.

Su proyecto es el primero que explica al panel de cuatro expertos que juzga si es merecedor de 5.000 dólares extra para realizar un evento que promueva los fines sociales de su organización. Los jurados puntúan del 1 al 5 la «pasión», «expresión oral», «capacidad de ser embajador de marca», «capacidad de presentar» y «probabilidad de ejecutar el proyecto».

Mari Copeny es conocida como «Little Miss Flint» y, aparte de ser reconocida por Obama, ha aparecido en un videoclip de la cantante Miley Cyrus y también en su cuenta de Instagram, donde la intérprete de «Wrecking Ball» compartió su historia.

«Imagina despertarte una mañana y descubrir que el agua que has estado bebiendo durante años es veneno, te produce sarpullidos y te enferma a ti y a tu familia. Esta ha sido mi realidad durante los últimos cinco años y es por eso por lo que peleo tan fuerte por mi comunidad, especialmente por los niños», cita en su publicación la cantante, que comparte una foto de la niña vestida de heroína.

Esta es la realidad de Flint, la ciudad de Michigan de procedencia de Copeny y donde la mayoría de la población es de raza negra y pobre.

Ahí el agua destinada a consumo humano se intoxicó con plomo, con miles de afectados, sin que las autoridades hicieran nada para evitar posibles envenenamientos ni la mayor crisis de salud pública de la historia de EE.UU.

¿Eres fan de Miley Cyrus? «No mucho… no suelo escuchar su música. Solo estoy siendo honesta», confiesa a Efe la joven a quien Hannah Montana (el personaje que lanzó a Cyrus al estrellato) le pilló demasiado joven.