En la imagen, el gobernador de Nueva York, Andrew Cuomo. EFE/Archivo

Nueva York – Nueva York entregará en diciembre los primeros carnés de conducir a inmigrantes indocumentados, 180 días después de la entrada en vigor de la nueva ley que garantiza este derecho, firmada anoche por el Gobernador Andrew Cuomo, lo que ha sido recibido con entusiasmo por parte de entidades de inmigrantes.

La medida, aprobada por las dos cámaras del Congreso estatal, permitirá a todas aquellas personas que carezcan de un permiso de residencia conseguir estas licencias, una reivindicación histórica del colectivo para evitar la discriminación a la hora de conseguir un empleo o mejorar la seguridad vial.

El Consulado de México en Nueva York emitió un comunicado en el que celebraba la medida, recordando que es una «oportunidad para que se fortalezca la confianza entre fuerzas policiacas y comunidades migrantes», así como permitir la denuncia de accidentes de tráfico porque también posibilita asegurarse de cara a estos incidentes.

Para la agrupación Make The Road New York, la aprobación de esta medida aparecerá en «los libros de historia», puesto que marca una «victoria histórica para las familias inmigrantes en todo el estado de Nueva York que han dirigido la lucha por el respeto y la dignidad de nuestras comunidades».

Cuomo levantó suspicacias ayer por la tarde, antes de rubricar la nueva ley, al pedir un informe a la Procuradora General del Estado, ya que el demócrata dudaba de si esta ley supondría crear una base de datos de inmigrantes ilegales a la que pudiera acceder la Administración federal.

El gobernador lo hizo después de que en California, que aprobó una medida similar en 2005, saliera a la luz que agentes de inmigración habían detenido a indocumentados en sus propios hogares utilizando este registro.

Por su parte, la fiscal general de Nueva York, Letitia James, emitió un comunicado: «Apoyo el proyecto de ley de Luz Verde, y la Oficina de la Fiscal General ha llegado a la conclusión de que esta medida es constitucional».

«No emitiremos ninguna opinión sobre las acciones que el Gobierno federal pueda o no tomar. Esta medida está bien diseñada y contiene amplias protecciones para todos aquellos que soliciten licencias de conducir. Si este proyecto de ley se promulga y luego se impugna en un tribunal, lo defenderemos energéticamente».

Tras recibir estas opiniones favorables, Cuomo procedió a la firma del proyecto de ley, abriendo un plazo de 180 días para que los inmigrantes indocumentados puedan acceder a estas licencias.

Entre los requisitos necesarios para su consecución, estas personas deberán entregar una identificación, una prueba de residencia en el Estado, así como aprobar el test de conducción.

Con esta medida, Nueva York se suma los otros doce estados, así como a Puerto Rico y Washington DC, que permiten la emisión de estas licencias sin tener en cuenta el estatus legal.

Antes de los atentados contra las Torres Gemelas, en 2001, los indocumentados podían conducir en este estado pero un año después el gobernador George Pataki impuso el requisito de presentar el documento del seguro social para sacar o mantener la licencia de conducir, lo que llevó a que miles perdieran el permiso.