El artista californiano Alexander Tadlock da los últimos retoques sobre su mural titulado "México está en dónde estás tú" en el barrio hispano de La Villita, en Chicago (Illinois). EFE/Archivo

Chicago (IL) – Los cientos de murales que dan color a las calles de Chicago (Illinois) figurarán en un registro en línea con el que se pretende asegurar desde este martes que no sean borrados por error.

El registro, auspiciado por la ciudad, proveerá información al público y trabajadores de la ciudad de los murales legítimos y dignos de preservarse como arte público.

De esta forma se intenta evitar hechos recientes, cuando equipos de limpieza de la ciudad borraron murales en zonas hispanas al confundirlos con los grafitis sin valor artístico ninguno.

Uno de estos sucesos ocurrió en agosto de 2018 en el vecindario de Lake View, cuando se borró un mural del artista JC Rivera dos semanas después de que fuera creado cerca de la estación Paulina del metro local.

En esa ocasión alguien llamo al número 311 de la ciudad, el cual recibe llamadas de urgencias menores.

El artista John Vergara, amigo del autor del mural, dijo entonces a medios locales, que el «grafiti es una cosa y el arte público es otra» y lamentó que el borrado de estos murales que cuestan «miles de dólares» se está convirtiendo en una «ocurrencia diaria».

Otro importante mural fue borrado pocos meses antes por otro equipo de limpieza de la ciudad en el barrio boricua de Humboldt Park. Se trató de una obra de 200 pies de largo sobre la historia y cultura de Puerto Rico que había sido realizado hacía más de dos décadas.

El nuevo registro, anunció la ciudad, asignará un número de registro a cada mural y un emblema oficial de la ciudad como prueba que está listado y que es una obra fidedigna y se debe proteger como arte público.

No hay una cifra oficial, pero se calcula que existen mas de mil murales en toda la ciudad, especialmente en las áreas hispanas de Pilsen, La Villita y Logan Square.

Por medio del registro finalmente se tendrá información detallada de las direcciones, el título, los creadores y la fecha en la que fueron pintados.

Mark Kelly, el comisionado de Eventos Especiales y Asuntos Culturales de la ciudad, dijo que el registro de los murales es una buena idea para todos, artistas y público incluidos.

«No solo el registro protegerá a estos activos críticos; este también creará un portal para que el público pueda acceder y explorar en dónde hay murales en cada esquina de la ciudad», dijo Kelly.

El muralista Héctor Duarte indicó a Efe que el registro fue una de sus peticiones más recurrentes para «proteger» estas obras.

La casa misma de Duarte, en el barrio Pilsen, está pintada por completo con un gran mural que tiene como temática la obra «Los viajes de Gulliver», del escritor irlandés Jonathan Swift, y que el artista tiene previsto incluir próximamente en el registro local.

Marcos Raya, uno de los primeros muralistas en la ciudad, dijo a Efe que la idea del registro es buena, pero que debe haber un especialista que se «encargue de decidir qué murales son considerados arte y cuáles no lo son».

En su opinión, algunos murales son lisonjeros y los calificó de «arte de burbujas» que no tienen mensaje alguno.

«El registro merece tener a alguien que se encargue de decidir qué es arte público y que no», insistió Raya, quien ha creado media docena de murales en Pilsen desde la década de 1970.

Lo que ambos quieren evitar es que se repitan casos como los murales de la fachada del antiguo centro social y cultural de Chicago Casa Aztlán, cuyas obras fueron borradas por el promotor que compró el edificio para hacer viviendas de lujo.