San Salvador.- La procuradora salvadoreña para la Defensa de los Derechos Humanos, Raquel Caballero, hizo un llamado este miércoles al Estado para «unirse» y luchar en contra del trabajo infantil, en cualquiera de sus expresiones, y a proteger a la niñez vulnerable que «es la que más sufre de esta situación».

En ocasión al Día Mundial y Nacional contra el Trabajo Infantil, que se celebra cada 12 de junio, la ombudsman del país centroamericano se pronunció para «concienciar a la población y al Gobierno sobre la importancia de acabar con cualquier tipo de explotación que menoscabe y afecte la dignidad de la niñez».

Caballero señaló en un comunicado que «ve con preocupación que, desde hace varios años, el Estado y sus instituciones no han impulsado políticas y programas para atender esta problemática, permitiendo caer en la peligrosa posibilidad de naturalizar el fenómeno».

«No atender el fenómeno puede generar un incremento de niños y adolescentes en prácticas laborales en condiciones de alta vulnerabilidad», expresó la procuradora.

Por lo anterior, Caballero también instó a las autoridades del Ministerio de Trabajo a «retomar la lucha contra las peores formas de trabajo infantil, fortaleciendo la estructura ya existente, experiencias ya sistematizadas y a crear nuevos mecanismos para la protección de la niñez y la adolescencia».

De acuerdo con el Ministerio de Trabajo, en el 2010 se registraban 64.742 niños y adolescentes en situación de trabajo infantil, de los que 46.634 eran del sexo masculino y 18.108 de sexo femenino.

Para el año 2012, última actualización de datos, las cifras indicaban que 88.572 niños y adolescentes estaban en la referida situación, de los cuales 62.061 era población masculina y 26.511 femenina.

La Organización Internacional del Trabajo (OIT) lanzó el Día mundial contra el trabajo infantil en 2002 para «concienciar acerca de la magnitud de este problema y aunar esfuerzos para erradicar esta realidad».

Se calcula que 168 millones de niños trabajan en el mundo, de los que más de la mitad, es decir, 85 millones efectúan trabajos peligrosos poniendo en riesgo su vida, pero además estos menores no van a la escuela y no tienen tiempo de jugar, según la ONU.