Guatemala – Las mujeres de Centroamérica dedican de media 37 horas semanales al trabajo no remunerado, una situación por la que Oxfam ha pedido este jueves un debate con perspectiva de género para que la política tributaria no sea «ciega» al trabajo de cuidado y su impacto negativo en la vida de las mujeres.

Así se desprende del informe de investigación «¿Tienen los impuestos alguna influencia en las desigualdades entre hombres y mujeres?», que analiza los códigos tributarios de Guatemala, Honduras y República Dominicana desde una perspectiva de género para hacer de la política tributaria un instrumento que limite las desigualdades entre ambos.

Desde la perspectiva de la economía feminista, la política fiscal produce efectos e impactos diferentes en la vida de los hombres (que tienen el rol de proveedor de ingresos del hogar) y las mujeres (la que cuida del hogar y sus miembros), por lo que «refuerza» las relaciones de género en las que las mujeres aparecen «subordinadas».

En este sentido, el estudio señala que por cada hora de trabajo no remunerado que realizan los hombres, las dominicanas destinan un promedio de tres y las guatemaltecas de siete. La «sobrecarga» de horas de trabajo no remuneradas que asumen las mujeres suele «obligarlas» a optar por opciones o trabajos «flexibles» o «precarios».

Dado el peso del cuidado que recae sobre ellas se muestran, según este documento, con «escasa o precaria autonomía económica», haciendo que, por ejemplo, en Guatemala el porcentaje de mujeres sin ingresos cuadriplique al de los hombres (51 frente a 14 por ciento).

En cuanto a la tributación sobre los ingresos, el informe indica que en los tres países se evitan sesgos explícitos de género en contra de las mujeres asociados a tratamientos diferenciales en las tasas, deducciones o exenciones, y no hay deducciones por cargas de familia.

Y en el análisis de género en la tributación directa en los tres países señala disposiciones tributarias especiales que protegen el consumo de bienes y servicios de la canasta básica, pero estas no son suficientes para «evitar el impacto negativo» de la aplicación de impuestos indirectos sobre los hogares más pobres y, por ende, de las mujeres.

Ante esta situación, Oxfam pide que la política tributaria no sea «ciega» y exhorta a todos los sectores a «visibilizar, valorar y redistribuir el trabajo no remunerado de cuidado» y apoyar a las mujeres para que su autonomía económica no quede tan «comprometida» y sus derechos «no se van tan vulnerados».

Como ejemplo menciona a Argentina, que en 2005 promulgó una ley que constituye un incentivo fiscal para formalizar a las empleadas domésticas porque permite a los empleadores que pagan impuesto a las ganancias deducir, hasta cierto monto, los aportes patronales y el salario de sus empleadas domésticas.

Estas medidas supuso un incremento de 18 puntos porcentuales en el nivel de formalización entre 2004 y 2014, y un avance en el beneficio de prestaciones jubilatorias para las trabajadoras del hogar y el acceso a servicios de la seguridad social.

PRINCIPALES HALLAZGOS

1. En Guatemala, el porcentaje de mujeres sin ingresos (51 por ciento) casi cuadriplica al de los hombres (14 por ciento).

2. En Honduras, según la Organización Internacional del Trabajo, el nivel de informalidad por sexo asciende a 74.7 por ciento del total de mujeres ocupadas y a 67.8 por ciento del total de hombres ocupados.

3. Tanto en Guatemala como en Honduras la proporción de mujeres que trabaja por cuenta propia o autónoma (que suelen ser empleos no registrados) es mayor que la de hombres.

4. En República Dominicana, más del 80 por ciento de las mujeres se encuentra ocupada en sectores de baja productividad, que se asocian a la baja autonomía económica de las mujeres en la vejez dado el escaso acceso a sistemas de pensiones.

5. En Guatemala, los cuentapropistas pagan unas tasas efectivas de impuesto superiores a la que pagan empresarios o trabajadores formales y como son ellas las que más está este rubro el sistema tributario «contribuye a profundizar las brechas de género».