La periodista Maria Valentina Alazraki Crastich (i) recibe una tarta de cumpleñaos de manos del papa Francisco durante un vuelo desde Manila (Filipinas) a Roma (Italia) en 2015. EFE/Archivo

Ciudad del Vaticano – La periodista mexicana Valentina Alazraki intervino hoy en la histórica reunión que se celebra en el Vaticano para abordar el tema de la pederastia en la Iglesia y apremió a los obispos para que colaboren con la prensa facilitando toda la información que conozcan porque «la falta de comunicación es otro abuso».

A la corresponsal en Italia y el Vaticano de la cadena Televisa desde hace 45 años y con 150 viajes papales a sus espaldas no le tembló la voz cuando interpeló a los obispos: «Nosotros hemos elegido de qué lado estar. ¿Ustedes, lo han hecho de verdad, o solo de palabra?».

«Creo que deberían tomar conciencia que cuanto más encubran, cuanto más sean como avestruces, cuanto menos informen a los medios y, por lo tanto, a los fieles y a la opinión pública, más grande será el escándalo», aseguró en una dura ponencia

Y añadió: «Podemos ser aliados, no enemigos. Les ayudaremos a encontrar las manzanas podridas y a vencer las resistencias para apartarlas de las sanas»,

Alazraki aseguró que o la Iglesia se decide de manera radical a estar del lado de las víctimas o los periodistas «seremos sus peores enemigos».

Denunció que muchas veces de la Iglesia se ha acusado de «que el escándalo de los abusos es «culpa de la prensa, que es un complot de ciertos medios para desacreditar a la Iglesia».

«No deberían ustedes esperar a que una investigación periodística lo descubra, para responder a preguntas legítimas de la prensa, es decir, de la gente, de su gente», dijo.

Y les apremió: «Cuenten las cosas cuando las sepan. No será agradable, ciertamente, pero es el único camino, si quieren que les creamos cuando dicen que ‘en adelante, los ocultamientos no serán tolerados'».

Exhortó a comunicar de manera rápida de lo que están haciendo, «deben decir que han alejado al abusador de su parroquia o de donde ejercía, tienen que decirlo ustedes, tanto en las diócesis como en el Vaticano».

Criticó que a veces desde el Vaticano se informa de una renuncia de un obispo sin explicar las razones y tendría que estar claro si es por abusos.

«La respuesta no puede ser el silencio o el ‘no comment’ porque, entonces, buscaremos las respuestas preguntando a otros, y también serán terceros los que informarán a la gente de la manera en la que querrán hacerlo», señaló.

Alazraki, que dijo representar a los periodistas, a las madres y a toda la sociedad civil, pidió a los líderes de la Iglesia: «Ojalá vuelvan a sus diócesis pensando que no somos nosotros los lobos feroces, sino que, al contrario, podemos unir nuestras fuerzas en contra de los verdaderos lobos».

Por otra parte, la periodistas recordó que «estamos en el umbral de otro escándalo, el de las monjas y religiosas víctimas de abusos sexuales por parte de sacerdotes y obispos».

«Me gustaría que, en esta ocasión, la Iglesia jugara a la ofensiva y no a la defensiva, como ha sido en el caso de los abusos a menores. Podría ser una gran oportunidad para que la Iglesia tomara la iniciativa y estuviera en primera línea, en la denuncia de estos abusos que no son solo sexuales sino también abusos de poder», les instó.