Miembros de la caravana migrante de centroamericanos permanecen en las cercanías de la garita de El Chaparral, el jueves 22 de noviembre de 2018, en la ciudad de Tijuana, en Baja California (México). EFE/Archivo

Washington – Agentes estadounidenses rescataron en la localidad de Brownsville (Texas) a un pequeño inmigrante de tres años abandonado por «coyotes» y quien tenía su nombre y un número de teléfono escrito en sus zapatos, informó hoy Patrulla Fronteriza (CBP, en inglés).

El pequeño, cuya nacionalidad no fue precisada, fue descubierto solo y llorando por agentes que intentaron interceptar el martes a un grupo de inmigrantes, señaló la CBP en un comunicado.

Los oficiales habían observado a inmigrantes que caminaba hacia un campo de maíz después de haber entrado ilegalmente en Estados Unidos y que, ante la presencia de las autoridades, se dispersaron en medio de la vegetación.

Los agentes intentaron localizar a los padres del pequeño, que, según la información oficial, «no habla lo suficientemente bien como para comunicarse», pero no fue posible.

Incluso, los intentos posteriores de localizar a la familia desde la estación de la Patrulla Fronteriza fueron infructuosos.

La CBP indicó que el chico fue llevado a un hospital local, donde, tras ser sometido a una evaluación médica, se determinó que está en «buenas condiciones».

Un agente de la Patrulla Fronteriza en Fort Brown le compró ropa al niño, mientras que otros efectivos de la CPB lo entretuvieron con películas y juegos.

El comunicado indicó que el menor fue llevado al Centro de Procesamiento Centralizado, donde permanecerá bajo cuidado de los trabajadores del lugar, y quedará luego bajo custodia del Departamento de Salud y Servicios Humanos, según el protocolo de aprehensión de niños no acompañados.

Este hecho se produce después de que en diciembre pasado dos niños guatemaltecos murieran mientras estaban bajo custodia de la Patrulla Fronteriza.

El día de Nochebuena, Felipe Gómez, de ocho años, murió en un hospital del estado de Nuevo México por causas que aún se desconocen, mientras que Jakelin Caal, de apenas siete años y quien fue retenida junto a su padre, falleció el 8 de diciembre en un hospital de El Paso (Texas).

Luego de esas muertes, que causaron indignación entre organizaciones a favor de los inmigrantes, las autoridades estadounidenses anunciaron que comenzarían a someter a exámenes médicos a todos los pequeños inmigrantes bajo su custodia.

Según cifras de la CBP, en marzo pasado se registraron 92.607 arrestos a lo largo de la frontera con México, de los cuales 30.555 correspondieron a individuos, 53.077 a familias y 8.975 a menores no acompañados.