El defensor de los derechos de los migrantes Alejandro Solalinde habla durante una entrevista con Efe el 10 de septiembre de 2019 en Ciudad de México (México). EFE/José Méndez

México – El sacerdote y activista mexicano Alejandro Solalinde, quien tiene casi 16 años trabajando cerca de los migrantes que pasan por México rumbo a Estados Unidos, sostiene que en el tema migratorio el Gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador «hace las cosas como puede y no como quiere».

Tras conocer de propia voz de los migrantes sus pesares y sentimientos durante unos años, Solalinde abrió el 27 de febrero de 2007 en Ciudad Ixtepec, estado sureño de Oaxaca, el albergue «Hermanos en el camino», en el que más de 400 migrantes durmieron la primera noche y que desde entonces no ha parado a pesar de intimidaciones y hasta amenazas de muerte.

El sacerdote tiene claro que el tema migratorio ha sido uno de tantos pendientes por resolver por el Gobierno de López Obrador, que el 1 de diciembre cumplirá un año en el poder y sobre el que pesa la carga que representa negociar con el presidente estadounidense Donald Trump.

«Sobre México hay una doble presión, primero por el asunto de la migración y el cambio (político) que estamos teniendo en México, y en segundo lugar porque (el flujo migratorio) es un pretexto electorero de Trump, quien sabe que no puede contener esa migración», explicó Solalinde en entrevista con Efe en Ciudad de México.

Recordó que Estados Unidos «es un país 100 % de migrantes y seguirá siendo de migrantes» porque así se fundó.

«Los únicos que en Estados Unidos no son migrantes son el 1,2 % de indígenas de pueblos originarios que se conservan en la población de Estados Unidos, pero todos los demás son migrantes», abundó.

Ante los señalamientos de Trump, desde antes de su llegada al poder, hacia los migrantes, especialmente los centroamericanos, Solalinde dijo que México tendrá que «sortear las presiones» de su vecino del norte.

«Trump se está metiendo en ‘camisa de once varas’ porque él no sabe en qué momento, de tanto estirar la liga, ésta se va a romper. No sabe y no está valorando la fuerza que tienen los migrantes en Estados Unidos. Ahora están tranquilos, pero no pasivos, están actuando, se están defendiendo y organizando, están resistiendo», apuntó.

Sobre si el Gobierno mexicano está haciendo bien las cosas respecto a los migrantes, Solalinde aceptó que «las cosas se están haciendo como se pueden y no como se quieren».

Dijo que la Administración de López Obrador «entró con muchas ganas, muy buena actitud y voluntad, pero ignorando temas como migración» que la pasada administración dejó crecer.

Precisó que la estructura para los temas de migración dentro de la Secretaría de Gobernación de México no está bien definida ya que una sola persona (Alejandro Encinas) es subsecretario de Derechos Humanos, Población y Migración.

«En realidad la migración, por ser un tema tan complejo, debería tener una persona especialmente y que incluyera no solamente el tema de los migrantes que vienen el sur del continente, sino también a los mexicanos en el exterior», sostuvo.

Sobre los conflictos que ha habido este año en la frontera sur de México con Guatemala con migrantes centroamericanos, y en las últimas semanas africanos y haitianos, con protestas, detenciones y deportaciones, consideró que «se tiene que afinar el comportamiento con los migrantes y se tiene que llegar a un equilibrio».

Recordó que el propio presidente López Obrador ha declarado que es necesario «un equilibrio entre las presiones de Estados Unidos, que suponen la contención del flujo migratorio, pero también la protección de los derechos humanos».

«Esas dos cosas se tienen que corregir y se tienen que equilibrar al mismo tiempo», expuso.

Para el sacerdote, quien por su labor en favor de los migrantes fue reconocido y alentado por el propio papa Francisco mediante un mensaje en Twitter, Estados Unidos quiere que la reducción en el flujo migratorio sea de 100 % y no solo de 56 % como lo anunció el Gobierno mexicano la semana pasada.

El Gobierno de Trump exigió el martes a México redoblar sus esfuerzos para reducir el flujo de indocumentados que llegan a la frontera común, pero el Ejecutivo mexicano argumentó que el descenso en el tránsito migratorio ya es «irreversible» y opinó que Washington está «lejos» de retomar su amenaza de aranceles.