Tegucigalpa – Con el objetivo de evitar la deportación un hondureño que participaba en la caravana migrante en tránsito por México tomó la decisión de primero quitarse la vida antes que regresar al país centroamericano.

Así lo informan este día los medios mexicanos que señalan, este es el reflejo de una realidad colectiva.

El suceso tuvo lugar el fin de semana en la Estación Siglo XXI en Tapachula, Chiapas, sur de la nación azteca.

El occiso fue identificado con el nombre de Darwin Donaldo, de 34 años de edad, quien en próximos días iba a ser deportado a Centroamérica tras haber sido asegurado cuando viajaba en algunas de las caravanas que atraviesan México.

Se presume que esta persona se ahorcó con una playera, la cual ató en el área de dormitorio.

El cuerpo fue trasladado al Servicio Médico Forense (Semefo), donde las autoridades se encargarán de realizar la necropsia de ley.

Este hecho acentúa la realidad de miles de migrantes hondureños que prefieren morir antes que tener que regresar al país en el cual se suscita en la actualidad una crisis sociopolítica que mantiene divididos varios sectores del país.

Estudios establecen que el huir de la violencia es la segunda causa por la que los hondureños emprenden la ruta migratoria, solo superada por la falta de empleo y de generación de oportunidades.

Pese a una serie de amenazas, rechazo y dificultades logísticas para continuar el viaje los hondureños no dan tregua a su objetivo de llegar a Estados Unidos para solicitar la condición de refugiado.

El retornar  al país no es una opción para miles de hondureños que conforman varias caravanas en tránsito por México.

Miles de “Catrachos” ya se encuentran en la frontera estadounidense donde aguardan que el resto del grupo termine de llegar, acción que podría durar algunos días.

La caravana migrante que intenta reagruparse en la ciudad fronteriza de Tijuana ha detonado una crisis humanitaria cuyas proporciones todavía se desconocen mientras los centroamericanos dudan qué hacer tras semanas de peregrinación.

«Estamos enfrentando una crisis humanitaria. Son personas que huyen de la pobreza, pero también de la violencia y la persecución», dijo a periodistas Francesca Fontanini, portavoz del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) para las Américas.

«Lo que ha cambiado es el tipo de movilidad humana. Ahora las personas, con estas caravanas, han demostrado que quieren viajar juntos (a pie o donde les sea posible) para tener un viaje más seguro», añadió.

Bajo este plan los grupos de migrantes «intentan apoyarse entre sí» para evitar los riesgos que presenta su paso por México.

«Saben muy bien los riesgos y que es una ruta muy difícil» tanto en la parte física como en la que tiene que ver con clima, con altas temperaturas en el día y bajas por la noche, dijo Fontanini.

Pese a todos los riesgos que implica la travesía, regresar a su país no es una opción para miles de hondureños dispuestos a arriesgar su vida precisamente para lograr una mejor vida.