El objetivo de este programa es mejorar las condiciones de vida y el empoderamiento de las mujeres rurales de Guatemala, Honduras y El Salvador al atender a los Objetivos de Desarrollo Sostenible. EFE/Archivo

Guatemala – La Agencia Italiana de Cooperación para el Desarrollo y la entidad de Naciones Unidas para la Igualdad de Género y el Empoderamiento de las Mujeres (ONU Mujeres) lanzaron hoy en Guatemala un proyecto para el empoderamiento económico de este sector de la sociedad en el Triángulo Norte de Centroamérica.

El objetivo de este programa es mejorar las condiciones de vida y el empoderamiento de las mujeres rurales en los tres países centroamericanos -Guatemala, Honduras y El Salvador- atendiendo a los Objetivos de Desarrollo Sostenible y busca capitalizar las experiencias, herramientas, metodologías y lecciones aprendidas por los Estados miembros del Sistema de la Integración Centroamericana (SICA).

El plan, que se prevé que beneficie a 600 mujeres de manera directa y 3.600 de forma indirecta, tendrá una ejecución de dos años y cuenta con un fondo de 3,5 millones de euros (casi 4 millones de dólares) para su ejecución, que estará alineada a la normativa nacional e internacional, como la Convención de Todas las Formas de Discriminación Contra la Mujer (CEDAW) y la Agencia 2030.

Su base, explicó la representante de ONU Mujeres en Guatemala, Adriana Quiñones, estará en el enfoque territorial para abordar desafíos comunes como las brechas de género en el trabajo, la segregación en los mercados de trabajo y producción, la falta de poder en la toma de decisiones, la concentración de las mujeres en bajos sectores de la productividad y el poco acceso al crédito y a fuentes de ingresos.

Factores que en su mayoría están provocados por la pobreza, el desempleo generalizado y los niveles de violencia, que conducen a un aumento constante de mujeres migrantes y a la intensificación de la presión sobre los recursos naturales de Centroamérica.

Es por ello, continuó, que fortalecerá y brindará apoyo a las iniciativas de mujeres, vinculará al sector privado como agente de cambio social, promocionará la igualdad de género y mejorará la gobernanza sobre las bases de la asociación local en los tres países, que forman parte de una de las zonas más violentas y pobres del mundo.

Además apoyará a las instituciones sectoriales para la implementación de políticas públicas, promoverá la política de igualdad, incentivará la autonomía económica y fortalecerá el intercambio de experiencias y metodologías con alianzas estratégicas.

Pero también capacitará a mujeres cooperativistas, para que sean agentes de su propio desarrollo y su propia transformación.

Por su parte, el embajador de Italia en Guatemala, Eduardo Pucci, aseguró que su país está comprometido con la igualdad de género y que el objetivo de este programa, y de otros que apoyan, es fortalecer los servicios nacionales en la región para crear condiciones de autonomía económica y erradicar la violencia contra la violencia, en todas sus formas, contra las mujeres.

«Las mujeres son la columna vertebral de todas las sociedades del mundo», aseveró el diplomático, y agregó que «una mayor igualdad de género se correlaciona con un mayor PIB per cápita», y eso a la vez tiene un «efecto multiplicador» en toda la sociedad porque «el progreso de las mujeres es el progreso de todos».

Según datos de ONU Mujeres, en Guatemala la tasa de participación económica de las mujeres es del 40,6 por ciento frente al 84,3 en los hombres, y sus ingresos promedio son de 240 dólares frente a los 280 de los varones, acrecentándose esta diferencia en las personas indígenas.

Adicionalmente, el 36,7 por ciento de las mujeres trabajadoras lo hacen por cuenta propia, el 25,5 por ciento son empleadas privadas, el 12 trabajadoras no remuneradas y el 9,7 trabajadoras domésticas, la mayoría de ellas sin acceso a programas de seguridad social.