Cerca de 3.000 refugiados y migrantes están atrapados en centros de detención libios situados en áreas afectadas por los combates que se han desatado en el país o cerca de ellos, alertó este lunes Naciones Unidas. EFE/Archivo

Naciones Unidas – Cerca de 3.000 refugiados y migrantes están atrapados en centros de detención libios situados en áreas afectadas por los combates que se han desatado en el país o cerca de ellos, alertó este lunes Naciones Unidas.

En algunos casos, los guardias han abandonado esas instalaciones, dejando a los reclusos a su propia suerte, sin comida o agua, según indicó el portavoz de la organización Stéphane Dujarric.

El pasado viernes, la agencia de Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur) ya había pedido la inmediata puesta en libertad de los refugiados y migrantes que se encuentran en centros de detención, ya que muchas de estas instalaciones están en zonas donde hay combates actualmente.

Entonces, Acnur hablaba de unas 1.500 personas afectadas por esa situación, una cifra que ahora Naciones Unidas eleva a aproximadamente el doble.

Según Dujarric, los socios humanitarios de la ONU siguen trabajando para tratar de hacer llegar ayuda a esas personas y a otras afectadas por el estallido de violencia.

Desde la escalada del conflicto este mes, más de 18.000 personas se han visto obligadas a abandonar sus hogares, señaló el portavoz, citando datos de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM).

Además, miles de civiles siguen atrapados en áreas con combates en las afueras de Trípoli y apenas unos centenares de familias han podido ser evacuadas.

Según la ONU, ha habido un aumento de los «bombardeos indiscriminados» en zonas residenciales y de los ataques contra infraestructuras civiles.

La organización, como ha venido haciendo en los últimos días, reiteró este lunes su llamamiento a un cese de las hostilidades

La batalla en torno a Trípoli arrancó el pasado 4 de abril, fecha en que el mariscal Jalifa Hafter, hombre fuerte del este de Libia, ordenó a sus tropas la conquista de la capital.

De lograr su objetivo, Hafter controlaría prácticamente todo el país, a excepción de la ciudad-estado de Misrata, tras años de división política y guerra civil.