Ciudadanos haitianos fueron registrados este lunes al abordar un avión rumbo a Puerto Príncipe desde Santiago de Chile, luego de permanecer dos semanas en una parroquia a la espera de ser repatriados. EFE

Santiago de Chile – Después de dos semanas de espera, ansiedad e incertidumbre, el grupo de 55 haitianos que aguardaba para ser repatriados en una parroquia de Santiago tomó parte hoy del embarque de 179 compatriotas rumbo a Puerto Príncipe, poniendo fin a su paso por el país suramericano, donde admiten que no han logrado integrarse.

Todo fue fruto de un «error de comunicación», indicó a Efe Cristina Castro, administradora de la Parroquia San Cruz, donde fueron alojados esta media centena de inmigrantes que intentaron embarcar en el primero de los vuelos que el Gobierno de Chile dispuso como parte del «Plan Humanitario de Retorno Ordenado».

Esta medida, propulsada por el presidente Sebastián Piñera, busca aliviar la difícil situación que vive la creciente comunidad haitiana llegada al país suramericano desde 2010, ofreciéndoles la posibilidad de regresar a sus hogares con la condición de no poder volver a Chile en los próximos 9 años.

Sin embargo, continúa Castro, «cuando llegó el día del vuelo, estas 55 personas no lograron embarcar por diversos motivos, ya fuera por la falta de un documento, porque no confirmaron alguno de los pasos o porque recibieron un mensaje de texto falso que les aseguraba una plaza».

En su afán por abandonar el país, continuó, muchos de ellos decidieron «abandonar los lugares donde estaban establecidos anteriormente y desplazarse hasta Santiago», con la confianza de que podrían ser parte de la primera comitiva que regresaba a la isla.

Pero una vez allí, sin un asiento en el avión y sin un lugar al que regresar, todos ellos quedaron en la calle, hasta que la municipalidad decidió actuar y los trasladó hasta la parroquia.

«Nosotros nos mostramos abiertos a recibirlos porque en invierno funcionamos como albergue para personas en situación de calle, lo que significa que ya teníamos el vínculo con la municipalidad y el espacio necesario para asentarlos» detalló la administradora.

A pesar de esto, la convivencia no fue fácil al principio, ya que ninguno de ellos tenía una respuesta concreta, y la ansiedad se apoderó tanto del interior como del exterior del enclave religioso, donde cientos de inmigrantes se dieron cita creyendo que si conseguían refugio en su interior obtendrían un acceso preferencial en el siguiente vuelo.

Una situación que se alargó durante cerca de dos semanas hasta que otras organizaciones acogieron a los que estaban en el exterior y el Gobierno informó a los interinos de que formarían parte del viaje programado para 179 haitianos en el día de hoy, momento a partir del cual todo se tranquilizó.

«Para bajar la ansiedad y el estrés la municipalidad organizó paseos por la ciudad, lo que mejoró la convivencia y facilitó la relación tanto entre ellos como con nosotros. Tanto así que muchos de ellos tienen sentimientos contrapuestos, ya que quieren marcharse, pero les da pena despedirse», aseguró Castro.

Una relación que era fácilmente palpable al pasear por el interior de las instalaciones, donde inmigrantes, trabajadores y voluntarios compartían el tiempo entre bromas y saludos afectuosos.

De este modo, explicó este lunes el subsecretario del Interior, Rodrigo Ubilla, el programa viene a dotar de una solución a una «necesidad manifiesta» de estas personas, después de que quedara en «evidencia la precaria calidad de vida que llevaban en Chile».

Una posición que ha sido criticada tanto por diferentes agrupaciones sociales como por la oposición, quienes han catalogado a estos desplazamientos como «los vuelos de la vergüenza», ya que creen que, a diferencia de lo planteado por el Ejecutivo, no responden a una voluntad humanitaria, sino de control migratorio.

Por su parte, Castro se mostró satisfecha con el desarrollo de la problemática, ya que «es palpable la felicidad que muchos de ellos sienten de poder volver a su país», al tiempo que también ha «sacado lo mejor de mucha gente» que se acercó hasta la parroquia para ayudar o entregar alimentos.

En total, cerca de 2.000 haitianos se han inscrito a este programa de forma voluntaria, quienes serán repatriados a lo largo de los próximos meses en alguno de los entre 15 y 18 vuelos que la Fuerza Aérea de Chile (FACh) prevé realizar a Puerto Príncipe.

De acuerdo con datos del Gobierno, en Chile hay actualmente alrededor de 1.090.000 inmigrantes, siendo los más numerosos los venezolanos, peruanos, haitianos y colombianos, en ese orden.