La IX cumbre de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC) que se realizará en Honduras esta semana es una perfecta oportunidad para elevar la voz por proteger a los ambientalistas que son amenazados por la lucha del agua.
A Donald Trump le parece que “arancel” es la palabra “más bonita” del diccionario, pero a los pequeños comerciantes de Estados Unidos la mera mención de esas medidas les hiela la sangre: temen que la nueva oleada de gravámenes dispare los precios y ahogue sus ventas.