Las Palmas de Gran Canaria (España) – Cerca de 125.000 personas llegaron de manera irregular a Europa a través de las islas atlánticas españolas de Canarias procedentes del continente africano en los últimos cuatro años y medio, una presión migratoria que repuntó fuertemente en 2020, cuando estalló la pandemia y sus graves consecuencias sanitarias y socioeconómicas.

Y son unas 230.000 desde que hace 30 años llegara a la isla de Fuerteventura una patera con dos jóvenes saharauis, la primera de estas barcas con inmigrantes vista en el archipiélago español, aunque esta ruta atlántica ha ampliando los lugares de partida a lo largo del tiempo a Mauritania, incluso más al sur, Senegal.

El drama de la migración ha dejado miles de muertos en la diferentes travesías marítimas, aunque no hay registros oficiales ni los recuentos disponibles comprende todo el período.

La Organización de Naciones Unidas para las Migraciones (OIM) calcula que, como mínimo, 4.755 personas perdieron la vida en el Atlántico desde 2014 cuando intentaban arribar a las Canarias.

La ONG española Caminando Fronteras tiene documentadas 18.680 muertes desde enero de 2018.

La pobreza, la sequía, las guerras y otros conflictos empujan a miles de personas a jugarse la vida en pateras y, sobre todo, barcazas (cayucos) atestadas, alguna con más de 300 personas.

Parten hacia las Canarias con la esperanza de alcanzar Europa, pero el destino es incierto por el gran riesgo de naufragar y perecer ahogados, pero también de sed y acabar, incluso, en las costas de la República Dominicana o Brasil arrastrados por las corrientes, como ya ha ocurrido.

Son principalmente subsaharianos y magrebíes, pero también hay migrantes de países asiáticos que optan por esta vía en vez de intentar cruzar el Mediterráneo.

De repente, el número de personas llegadas en estas circunstancias a las Canarias se multiplicó por 8,5 en 2020 respecto a 2019.

Según datos del Ministerio del Interior español, pasaron de 2.698 a 23.271 en solo un año. Fueron 22.316 en 2021; 15.678 en 2022; 39.910 en 2023; y 23.367 hasta el 23 de agosto de este año.

El año 2023 marcó el récord de llegadas, superando ampliamente las 31.678 de 2026, y puede ser que 2024 termine con más.

Sólo la última semana, cerca de mil personas llegaron a la isla de El Hierro, la más pequeña y occidental. En 2023 entraron 14.098, más que el número de sus habitantes (11.154).

Raro es el día que los equipos de emergencia españoles no tienen que socorrer a una o varias de estas embarcaciones con 100 o 200 inmigrantes.

El desafío de las autoridades es atender con condiciones dignas a miles de personas que han viajado en condiciones muy precarias, y tutelar a los niños y adolescentes que llegan sin familiares ni acompañados de ningún otro adulto conocido.

Actualmente, 5.200 menores de edad migrantes desbordan los centros asistenciales de Canarias, cuyas autoridades piden que una reforma legislativa obligue a su reparto entre el resto de regiones españolas en momentos de sobresaturación como este.