Vilna (Lituania) (EuroEFE).- Representantes de 16 miembros de la UE pidieron hoy medidas más enérgicas para proteger las fronteras exteriores comunitarias, resistir ataques híbridos como los lanzados por Bielorrusia y garantizar procedimientos para el rápido retorno de los migrantes irregulares, como fórmulas para desalentar esa migración.

«La situación en las fronteras exteriores de la UE evidencian la necesidad de elaborar un plan completo y establecer un control efectivo basado en una gestión integrada a lo largo de toda la frontera exterior», establecen los países participantes en la declaración final de la Conferencia sobre Gestión de Frontera.

El texto propone, asimismo, «el establecimiento de barreras físicas y otras infraestructuras móviles o temporales, cuando los Estados miembros lo consideren apropiado y necesario».

La conferencia, con participación de Austria, Bulgaria, Croacia, Chipre, Dinamarca, Grecia, Hungría, Irlanda, Malta, Polonia, Rumanía, Eslovaquia y Eslovenia, además de los países bálticos, incidió asimismo en el complejo tema de la financiación directa de la Unión Europea de barreras fronterizas.

Consideraron los asistentes que, de ser necesarias, tales barreras deben considerarse un «sistema mejorado» de la vigilancia de las fronteras, con la utilización de sensores, drones y otras tecnologías y mientras a escala comunitaria se avanza hacia una nueva regulación del asilo.

La protección de fronteras y la gestión de la migración “deben basarse en tecnologías modernas y equipos de última generación», considera el comunicado. La nueva arquitectura tecnológica, que debe fijarse para finales de 2023, «contribuirá significativamente a una gestión efectiva de nuestras fronteras exteriores”, afirma la declaración conjunta.

La Conferencia de Vilna fue impulsada por el ministerio del Interior lituano conjuntamente con sus homólogos de Polonia, Austria y Grecia, tras la crisis migratoria generada en la frontera de Lituania, Letonia y Polonia con Bielorrusia.

El llamado «ataque híbrido» fue la reacción de Minsk así a las sanciones impuestas tras la detención de un disidente, en un vuelo entre Atenas y Vilna que fue desviado hasta la capital bielorrusa.

La ministra del Interior lituana, Agne Bilotaite, describió la situación actual como de tranquilidad engañosa y advirtió de que los guardas fronterizos «saben que en cualquier momento Bielorrusia puede lanzar de nuevo a grupos de migrantes irregulares» sobre su territorio.

En términos algo más optimistas se pronunció la comisaria europea del Interior, Ylva Johansson, según la cual la crisis fronteriza se ha desescalado y el líder bielorruso, Aleksándr Lukashenko, parece haber perdido interés en usar migrantes como instrumento de chantaje.

La comisaria afirmó, por otro lado, que los controles de fronteras únicamente no pueden resolver el problema de la inmigración irregular cuando ésta se utiliza como arma política.

Según Johansson, es preciso tomar medidas para que los países emisores desincentiven la migración y firmen acuerdos de repatriación, así como aumentar los medios contra el tráfico de personas y las redes que negocian para facilitar la migración ilegal.

Johansson dijo que una muestra del fracaso de Lukashenko es la repatriación de unos 5.000 migrantes que habían sido atraídos al país por el líder bielorruso y animados a cruzar sus fronteras hacia Polonia, Letonia y Lituania.

Sin embargo, la comisaria europea advirtió de que podrían producirse nuevos flujos de peticionarios de asilo en las fronteras de la UE si las tensiones entre Rusia y Ucrania se transforman en un conflicto militar.

Por parte de España, la directora general de Relaciones Internacionales y Migraciones, Elena Garzón Otamendi, afirmó que su país sufre tanto el problema de las llegadas de inmigrantes por mar como la presión migratoria en las fronteras terrestres de los enclaves del norte de África.

Para disuadir el cruce de África por mar o tierra, “nuestros socios africanos necesitan una asistencia consistente y suficiente en un grado que ningún estado de la UE puede brindar bilateralmente”, indicó Garzón, según la cual España necesita cofinanciamiento de la UE para un mejor control fronterizo.

Asimismo incidió en la financiación de la infraestructura fronteriza por parte de la UE el Ministro del Interior y Administración de Polonia, Mariusz Kaminski, quien afirmó su país gastará 350 millones de euros de su propio presupuesto para construir una barrera fronteriza.

Lituania ya ha construido 175 kilómetros de una valla permanente en su frontera con Bielorrusia. El país báltico registró unos 4.200 cruces fronterizos irregulares desde Bielorrusia, principalmente por personas de Irak que llegaron en avión a Minsk y que fueron transportadas a la frontera antes de que las autoridades de Vilnius declararan la situación de emergencia.

Altos funcionarios de la UE, incluida la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von de Leyen, han expresado su apoyo a destinar más fondos a la protección de la frontera exterior de la Unión, pero cuestionan la construcción de vallas fronterizas.

Las discusiones de la conferencia y la declaración final evitaron mencionar las devoluciones como un medio para desalentar el cruce irregular de fronteras. Sin embargo, en un aparte con los periodistas Bilotaite dijo que las “medidas” utilizadas por Lituania (es decir, hacer retroceder a esas personas) habían impedido alrededor de 8.000 cruces fronterizos irregulares.