Túnez – La Organización Internacional de las Migraciones (OIM) asistió a un total de 2.557 migrantes a regresar a sus países de origen en 2023, el 45 % más que en 2022, durante un año en el que el discurso «xenófobo oficial», denunciado por ONG, generó una crisis de ataques y comportamientos discriminatorios contra este colectivo.
En los últimos tres días, la OIM completó además el retorno voluntario de 392 migrantes de países subsaharianos varados en Túnez, principal punto de partida en la ruta migratoria hacia Europa, informó la organización en un comunicado.
Según detalla, 163 personas volvieron a Burkina Faso, 165 a Gambia, 7 a Guinea, 33 a Malí, 23 a Senegal y una a Liberia.
«Dejé a mi marido y a mi hijo de 11 años en Gambia cuando tenía tres meses de embarazo. De regreso a casa, espero hacer algo significativo y poder mantener a mi familia y reconstruirme», declaró Awa, de 30 años, antes de embarcar, según informó la OIM que ayudará a esta joven en su país a remodelar una tienda en la que vende productos para mujeres.
«Esta asistencia humanitaria ha ayudado a los migrantes no sólo a regresar de manera segura, sino también a mejorar su estatus social, psicosocial y económico en sus comunidades», declaró Dawda Njie, Asistente de Reintegración de la OIM en Gambia.
La última repatriación, mediante este programa que cuenta con apoyo europeo, se realizó con la colaboración de las autoridades tunecinas de las gobernaciones de Medenine, Sfax y Tataouine, y de la Media Luna Roja Tunecina.
Organizaciones como Human Rights Watch (HRW) alertaron el pasado año de una «mayor violencia, detenciones arbitrarias y desalojos forzosos» de africanos negros además de la expulsión masiva de migrantes a zonas fronterizas con Libia y Argelia.
El presidente tunecino, Kais Said, pidió en febrero de 2023 a las fuerzas de seguridad tomar medidas urgentes contra «hordas» de migrantes a las que acusó de formar parte de una «conspiración» para cambiar la identidad «arabe-musulmana» de Túnez.
Cientos de migrantes subsaharianos solicitaron también la repatriación voluntaria ante sus embajadas, principalmente, Costa de Marfil.
La Comunidad Económica de Estados De África Occidental (CEDEAO) llamó la atención a Túnez y pidió el cese de la violencia contra los este colectivo.