Ginebra – La Agencia de la ONU para los Refugiados (ACNUR) pidió hoy acceso urgente a los 96.000 refugiados eritreos que se encuentran en la región de Tigray, en el norte de Etiopía, cuyas reservas de alimentos se han agotado en el mes que dura el conflicto armado en esa zona.
La última vez que personal del ACNUR pudo acudir a los campos donde esa población vive fue entre finales de octubre y principios de noviembre, dijo a la prensa en Ginebra el portavoz del organismo, Babar Baloch.
Según informaciones y relatos que han podido recoger entre los refugiados de Tigray que han huido a la vecina Sudán en las últimas semanas, la situación de los refugiados eritreos es desesperada.
«Estamos extremadamente preocupados porque hemos escuchado de ataques y combates cerca de los campos. También hemos recogido versiones sobre raptos y reclutamientos forzosos y por eso es importante que podamos ir y ver el impacto que la situación (de conflicto) está teniendo allí». comentó.
Babar no pudo identificar si los responsables de tales acciones son las fuerzas del gobierno de Adis Abeba o del Frente Popular de Liberación de Tigray (FPLT), partido que gobernaba la región y que se rebeló tras un periodo de tensiones que llegaron a su punto más crítico cuando las autoridades federales decidieron posponer las elecciones dando como razón la pandemia de coronavirus.
«Es difícil saber quién está haciendo qué y por eso necesitamos tener acceso a la región, hay muchos rumores», dijo Baloch.
Según los testimonios de refugiados que han escapado, otros como ellos se han adentrado en Tigray para alejarse de Mekele, la capital regional y que ha sido el principal foco del conflicto.
El primer ministro de Etiopía, Abiy Ahmed, compareció el pasado sábado ante el Parlamento de su país y aseguró que su gobierno tenía el control total de Mekele y que con ello había finalizado la última fase de la ofensiva, pero tras ese anuncio la prensa de la región asediada informó de nuevas hostilidades, lo que deja duda de si éstas realmente han terminado.
Por otra parte, ACNUR confirmó la llegada a Sudán de 46.000 refugiados desde el principio del conflicto, con más de 2.500 llegaron sólo este fin de semana, saturando la capacidad de acogida del país vecino y de las organizaciones internacionales.