Los Ángeles – Carlos Hernández se ha prometido a sí mismo no hacer compras con su tarjeta de crédito en 2024 y tratar de pagar las deudas que, a sus 64 años, no le permiten pensar en jubilarse tranquilamente después de 30 años de trabajo en Estados Unidos. No es el único a quien agobian las deudas, una carga que afecta de manera particular a los hispanos.
“Pago y pago y no veo que la deuda baje. Todo se me va en pagar los intereses”, cuenta el inmigrante mexicano, quien trabaja en la construcción y es padre de tres, una aún adolescente.
Asegura que la pandemia de covid-19 empeoró su situación financiera y que por más que trata no ha podido salir de la espiral de deudas.
Hernández no es el único a quien las deudas se le han convertido en un dolor de cabeza. Una reciente encuesta realizada por la Asociación Estadounidense de Personas Retiradas (AARP) encontró que tres de cada cuatro personas de más de 50 años tienen algún tipo de deuda en EE.UU.
Y más del 50 % de los adultos mayores gastan más de la mitad de sus ingresos mensuales en pagar adeudos.
La encuesta sobre deudas en 2023 reveló que el 61 % de los casi 7.400 adultos mayores de 50 años entrevistados que tienen deudas sienten que su nivel de endeudamiento “es un problema”, y un 16 % dicen que es “un problema importante”.
Quienes reciben ingresos menores de 40.000 dólares al año tienen más del doble de probabilidades de afirmar que su deuda es un problema importante en comparación con quienes reciben ingresos de 75.000 o más.
El estudio también encontró que es más probable que las deudas sean un problema para las mujeres que para los hombres, y “son una mayor carga para los adultos afroamericanos e hispanos que para los adultos blancos no hispanos”, detalla.
Gil Cabrera, vocero de la AARP, dijo a EFE que los latinos están “muy afectados” por sus obligaciones financieras.
“Entre los problemas más notables está que la mayoría de latinos no tienen dinero ahorrado para afrontar un imprevisto. Tienen que recurrir al crédito para cubrir una emergencia médica o reparar su automóvil, y eso representa un hueco en sus finanzas”, subrayó.
Ese es el caso de la inmigrante colombiana Yolanda Rodríguez. “No pude ir a trabajar por una semana porque estaba enferma y pues no recibí pago, y eso me obligó a pedir dinero prestado para cubrir mi renta y pagar mis medicinas en octubre”, contó a EFE.
Su trabajo, limpiando casas, no le otorga a Rodríguez los beneficios de días pagos de enfermedad o vacaciones, y cada vez que tiene que ausentarse de su empleo eso representa un golpe a su bolsillo.
Esa es una de las razones de que las deudas de sus tarjetas de crédito ya suman 12.000 dólares. “Es difícil”, resume la colombiana de 56 años.
Las tarjetas de crédito representan el tipo de deuda más común en EE.UU. Entre los adultos de 50 años o más que tienen deudas, el 59 % tienen saldos de tarjetas de crédito cada mes, según halló el estudio de la AARP.
“Les puede tomar entre diez y quince años amortizar esa deuda. Este es un tema muy serio del que deben ser conscientes los hispanos”, advirtió Cabrera.
Aproximadamente dos de cada tres (68 %) adultos de 50 años o más que tienen deudas dicen que su endeudamiento ha perjudicado su capacidad de ahorrar para la jubilación.
Y ocho de cada 10 personas que tienen deudas dicen haber tratado de reducir su nivel de endeudamiento en los últimos 12 meses; sin embargo, relativamente pocas personas hicieron un plan o buscaron información.
Tanto Hernández como Rodríguez han tratado de reducir sus gastos para aportar más dinero al pago de sus deudas, pero ambos explican que los esfuerzos no han rendido mucho fruto.
Al respecto, Cabrera aconseja “no rendirse”.
“Hay herramientas en línea y recursos disponibles para ayudar a las personas que tienen problemas con las deudas. Hay que aprovecharlos. Nunca es tarde para aprender a llevar unas finanzas saludables”, puntualizó.