Nueva York- Unas cuarenta familias inmigrantes con niños serán las primeras en ser desalojadas del hotel que ha sido su hogar desde que llegaron a Nueva York, tras hacerse efectiva la notificación de los 60 días que les dio la ciudad para encontrar un lugar donde vivir.
A las familias, que están alojadas todas en el Row NYC Hotel, uno de varios hoteles que están siendo usados como albergues por las autoridades, se les instruyó a dejar sus niños en la escuela, recoger sus pertenencias y abandonar el lugar.
Si en los 60 días de plazo que les dio la ciudad no han encontrado dónde vivir, deben acudir al centro de procesamiento para inmigrantes del hotel Roosevelt para volver a solicitar albergue.
Allí serán enviados a un albergue temporal por otros 60 días. La prioridad será para las familias recién llegadas.
El pasado octubre, el alcalde de Nueva York, Eric Adams, anunció que debido a que la ciudad no cuenta con suficiente espacio para albergar a los miles de inmigrantes que estaban llegando -en muchos casos enviados por el gobernador republicano de Texas, Greg Abbott- limitaría la estadía de los solteros a 30 días, lo que luego extendió a las familias con 60 días, una vez recibieran la notificación de la ciudad.
Las familias debían dejar el hotel después de Navidad, pero debido a la fecha, fue extendido hasta mañana.
Críticas de las organizaciones proinmigrantes
Esta política ha sido ampliamente criticada por organizaciones proinmigrantes, funcionarios electos y educadores, que hoy retomaron sus protestas y afirmaron que es una acción inhumana, cruel y traumática para los niños, y acusaron a Adams de utilizar a los inmigrantes con fines políticos.
Pidieron al alcalde una vez más que ponga fin al desalojo y lo acusaron además de no tener un plan para lidiar con la situación. Los críticos han advertido con insistencia que los inmigrantes terminarán durmiendo en las calles.
«No podemos pretender ser una ciudad que apoya a los inmigrantes mientras obligamos a las familias recién llegadas a salir a la calle en medio del frío helado a buscar una cama», dijo la concejal Shahana Hanif, presidenta del Comité de Inmigración, durante una manifestación a pocos pasos de la alcaldía.
Inmigrantes que han vivido en las calles y en albergues y han salido adelante pidieron al alcalde detener el desalojo en una conferencia que fue interrumpida por dos hombres, uno que gritaba con fuerza que cerraran la frontera mientras se acompañaba por un cencerro, y el otro que mostraba un cartel que decía que los inmigrantes indocumentados estaban aquí «para votar».
Como respuesta, el numeroso grupo gritaba que «los inmigrantes son bienvenidos aquí», liderados por el defensor del pueblo, Jumaane Williams, y levantaban sus pancartas de apoyo a los migrantes para tapar la que mostraba el hombre.
Adams insiste en que los inmigrantes han creado una crisis fiscal que la ciudad -que ha recibido más de 165.000 personas en casi dos años, de los que unos 70.000 están actualmente bajo su cuidado- no puede seguir enfrentando sin ayuda del Gobierno federal.
Asegura, no obstante, que su Administración está teniendo éxito, y que las políticas que está implantando no van a tener niños y familias durmiendo en la calle.