Los Ángeles – Las familias inmigrantes todavía enfrentan miedo a raíz de la derogada política de ‘carga pública’ impuesta por el expresidente Donald Trump (2017-2021), lo que afecta la alimentación de niños de familias de bajos recursos, encontró un informe revelado este miércoles por la campaña No Kid Hungry.
El estudio ‘Creando confianza: Soluciones comunitarias para aumentar el acceso a los alimentos en comunidades’ encontró que aún “la mayoría” de migrantes están asustados y confundidos con esa política que consideraba una ‘carga pública’ a los extranjeros que recibieran ciertas ayudas oficiales y que fue revertida en el actual gobierno de Joe Biden.
Bajo la política de Trump los inmigrantes que solicitaran asistencia social para vivienda, alimentación o cuidado de la salud, entre otras necesidades, podían ser excluidos de la obtención de la residencia permanente, más conocida como “tarjeta verde”.
El polémico programa también fue vetado por los tribunales federales, que fallaron en favor de varios demandantes. Sin embargo, Texas y otros 13 estados han iniciado litigios judiciales para restaurarlo.
El reporte auspiciada por No kid Hungry, una campaña de Share Our Strength, se basó en una evaluación participativa de 16 organizaciones latinas y de defensa de los inmigrantes de California, Arizona, Florida y Texas, que recibieron fondos para alentar y mejorar el acceso de las familias migrantes a alimentos.
El informe encontró que los inmigrantes que se han beneficiado con alimentos gratuitos no quieren ser “dependientes” de estos beneficios, y muchos se resisten a aceptar la ayuda del gobierno.
También encontraron que en algunas comunidades latinas existe un “estigma” que suele estar arraigado en la profunda vergüenza interiorizada por no poder satisfacer las necesidades básicas de su familia sólo con el trabajo.
Un líder religioso citado en el estudio dijo que la gente se avergüenza. “Algunos inmigrantes tenían una buena vida en su país. Es vergonzoso hacer fila y pedir comida”.
“Uno de cada cinco niños en los Estados Unidos vive con hambre, y sabemos que, a pesar de sus innumerables contribuciones, las familias latinas e inmigrantes enfrentan mayores niveles de inseguridad alimentaria”, dijo en un comunicado Jillien Meier, directora de Asociaciones Nacionales de Share Our Strength.
“Es fundamental trabajar en solidaridad con socios comunitarios de confianza y apoyar soluciones culturalmente receptivas para garantizar que las familias y los niños inmigrantes tengan un acceso equitativo a la nutrición que necesitan para prosperar”, agregó.